Pasar un enclaustrado fin de semana en compañía de un molesto virus tiene, entre otras consecuencias, la de permitirte un placer que raramente me concedo a fondo: leer la prensa en papel con todo el tiempo por delante . Es lo que he hecho este sábado y domingo, hasta acabar con los dedos negros de tinta, porque los periódicos manchan. Este raro placer me ha llevado, entre otras cosas, a dos conclusiones, una buena y otra mala, como en los chistes. La buena es que hay gente que escribe maravillosamente. Mi género periodístico favorito es la Crónica , sea más o menos política, más o menos de actualidad, da igual. La Crónica, sobre todo si es humana, si habla de personas -lo mismo da si es un político, un empresario, un deportista, un delincuente-, pero también si explica las vías de financiación de un sangriento grupo revolucionario o el alcance del comercio ilegal en África -todos, y más, leídos estos días-, me encanta. Porque, además, ¡están tan bien escritas! Una delicia, y una ...