Foto JRz-C Muchos antes y después del viaje a Israel me han preguntado por la seguridad con más o menos recelo. La verdad es que no tuve ninguna sensación de peligro, quizá porque no tenía ningún recelo ya de partida. La única preocupación fueron los carteristas, y más por las continuas advertencias del guía que por otra cosa. Salvo los y las soldados que se veían en los autobuses o las paradas ir y venir de permiso por las carreteras, y una columna militar con la que nos cruzamos, que parecía venir de los Altos del Golán , hasta Jerusalén no percibí esa situación de guerra de baja intensidad en que vive este país. Como he contado en el capítulo VII , si te fijabas, la policía formaba parte del paisaje, y su equipación y armamento proporcionaban cierto aspecto amenazador. Por ejemplo, la Puerta de Damasco está flanqueada por dos grandes garitas de vigilancia, como dos kioskos de parque, el paso al Muro de las Lamentaciones está guardado por un control, si te fijas hay vallas y c...
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