El 20 de julio de 2012, James Eagan Holmes irrumpió armado hasta los dientes en un cine de Aurora, Colorado. Lanzó granadas de gas lacrimógeno y disparó indiscriminadamente a los presentes. Sin pensarlo un segundo, cuatro hombres se echaron sobre los cuerpos de las mujeres que los acompañaban. Jonathan Blunk cubrió el cuerpo de Jansen Young con el suyo, y lo mismo hicieron Matt McQuinn con Samantha Yowler, Alex Teves con Amanda Lindgren y John Larimer con Crystal Lake. Por su parte, Gordon Cowden se interpuso entre las balas y sus dos hijas adolescentes. Los cinco, Jonathan, Matt, Alex, John y Gordon, murieron acribillados. Ellas, Jansen, Samantha, Amanda, Crystal y las dos hijas de Gordon, se salvaron. Fue un acto reflejo, un acto de honor. Para su cumplimiento adecuado, el deber exige comportamientos automáticos, que en el ámbito civil y en situaciones cotidianas llamamos costumbres. El honor consiste en hacer de la defensa del bien un instinto. Los imperativos mora...
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