Estos días de regalos han puesto de moda el brazo telescópico para las autofotos -el selfi , así, castellanizado, sin la e final del inglés, la palabra del año para la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA)-. Ya no hace falta programar la cámara para dar tiempo al fotógrafo a posar deprisa y corriendo -mi hermano Carlos era un experto en esto-. El brazo telescópico, además, evita esas fotos en las que uno sale con cara de pez, por la proximidad del objetivo. Pero comentando este artilugio con unos amigos, alguien señaló que ya no hacía falta tampoco pedirle a un tercero que nos fotografiara ; aquello tan humano de solicitar a un desconocido que nos hiciera el favor de "echarnos" una foto, con las bromas que solían ser del caso. Recuerdo cierta ocasión en que unos compañeros ya veteranos de la mili quisimos hacernos una foto juntos y alguien sugirió que eligiéramos a una mujer con tacones, no fuera a ser que el fotógrafo improvisado saliera corriendo con su cámara......
Elementos para el debate de ideas y la acción por el Hombre