Uno de los efectos de la pandemia del Covid-19 del que se está hablando poco es la suspensión de muchos actos con fines solidarios y de beneficencia , generalmente culturales o para toda la familia, lo que les daba doble valor. Estas suspensiones están provocando una seria merma en la visibilidad y la captación de fondos de muchas ONG y de las entidades y personas beneficiadas. Esto es especialmente trágico, pues la misma pandemia ha empeorado ya de por sí la difícil situación de muchas personas. Una de las tradiciones asentadas los últimos años en mi área de influencia son los conciertos solidarios a favor de la ONG Harambee , que apoya iniciativas de desarrollo en África llevadas por los propios africanos, entre otras iniciativas. El máximo responsable de estos conciertos, José Luis Font Nogués, me envió hace unos días el correo que copio a continuación. La ayuda a los más necesitados debe continuar -si no aumentar- por otros cauces, y he aquí un modo de hacerlo. ...
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