Antes fue Polonia. Ahora es Hungría. La Unión Europea ha derivado hacia una posición ideológica que aquí llamamos «políticamente correcta» y que desemboca en una «política de la cancelación» cada vez más intransigente: si no comulgas con nuestros postulados, te echamos del club. Antes había que ser una democracia de partidos, respetar los derechos humanos y abrazar la economía de mercado. Ahora hay que celebrar el orgullo gay y suscribir la ideología de género en todas las leyes. Y con entusiasmo. Solo hacerlo no basta. La ministra húngara de Justicia, MoJ Judit Varga, ha tenido que salir a explicar su reciente ley de protección infantil con un artículo , ante los ataques de la élite burocrática europea dominante; pero ni siquiera han querido escucharla. Los intolerantes no atienden a razones. Matic y un profesor de Madrid Que la deriva autoritaria de la ideología de género es una realidad se constata por multitud de hechos. Dos ejemplos muy diversos: El informe Matic (suscr...
Elementos para el debate de ideas y la acción por el Hombre