Esta mañana he sacado a pasear mi ciudadanía granadina y mi paraguas y me he encaminado a la Plaza del Carmen, para participar como uno más en el acto conmemorativo de la reconquista de Granada por los Reyes Católicos (2 de enero de 1492), conocido como La Toma . En todas partes hay conmemoraciones de hechos históricos más o menos ancestrales y trascendentales -incluso algunos celebran derrotas- y, por lo general, no pasa nada. Aquí no, aquí cuando nos entra la memez buenista nos crecen los tontos del haba a puñados. Como nos ha agarrado un fervor de converso a esto de la alianza de civilizaciones, ahora todas estas fiestas surgidas a raíz de la Reconquista -hecho extraordinariamente trascendental para la incorporación de España a Occidente-, con más de medio siglo de tradición a sus espaldas, se han convertido para algunos en sospechosas de todos los males posmodernos . He estado ahí esta mañana y he visto ciudadanos normales y corrientes disfrutando pese a la lluvia y participa...
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