La familia sí importa
El Gobierno puso toda la carne en el asador por "boicotear" la manifestación en defensa de la familia, celebrada el sábado en Madrid con una asistencia que superó las previsiones de los organizadores. En el día después, estos son algunos datos:
-Los manifestantes ocupaban: desde Cibeles hasta la Puerta de Alcalá, hasta Colón y hasta la Puerta del Sol, además de numerosas calles laterales. Pocas veces se había visto en Madrid.
-¿Por qué no hubo despliegue de puestos preventivos del SAMUR, tratándose de una concentración familiar, con niños, con abuelos...? ¿Quién lo impidió?
-La Policía Nacional actuó solamente con retenes antidisturbios, pero no ordenando la situación. No se cortó el tráfico por la Castellana hasta pocos minutos antes de las seis de la tarde, hora del comienzo de la marcha.
-¿Quién dio ordenes a la Guardia Civil para que interceptara, detuviera, inspeccionara y desviara autobuses que llevaban visibles símbolos y carteles de que se dirigían a la manifestación? Algunos vehículos fueron enviados a Toledo.
-La cifra de 166.000 asistentes de la Delegación del Gobierno, frente el millón y medio que calcularon los organizadores, es tan distante que descalifica los datos oficiales. Si hubieran dado 300.000, a lo mejor habría tenido más credibilidad. La BBC, que se hizo eco en su servicio internacional, habló de 700.000 personas.
-A la vista de ese dato, ya se entiende por qué el Delegado del Gobierno, Constantino Méndez, limitó el recorrido al tramo Cibeles-Puerta el Sol: en ese trayecto no cabe más gente. Redujo el espacio y luego dio la cifra de asistentes. Lo que no ha hecho es incluir los tramos Cibeles-Puerta de Alcalá, Cibeles-Colón, y las calles adyacentes, sobre todo los que rodean la Puerta del Sol, que estaban llenas de gente.
-Dentro de los intentos de abortar la manifestación hay que situar la "advertencia" del Fiscal General del Estado, anunciando que pensaba "vigilar" estrechamente el contenido de las pancartas. Conde Pumpido está convirtiéndose en instrumento político del Gobierno.
-No hubo el menor incidente. No se corearon gritos ofensivos contra nadie. Las consignas fueron "democráticas" y no hubo carteles agresivos. La concentración fue una marcha familiar, desenfadada y hasta divertida. La organización estuvo casi perfecta.
-Se echó de menos la presencia de Esperanza Aguirre. Nadie contaba con Alberto Ruiz Gallardón, pero sí con la presidenta madrileña. Perdió una oportunidad de ganar liderazgo.
-Telemadrid se equivocó no dando en directo la manifestación.
-El Partido Popular minimizó en lo posible la representación, para evitar la imagen de una marcha "del PP".
-Por lo visto y escuchado, dio la sensación de que la manifestación no es el final de un proceso, sino más bien el inicio de algo: la movilización de la gente normal.
-El País ofreció en su portada una foto de obispos. No se vio la imagen general de las calles llenas de gente. El resto de la prensa nacional estuvo más ajustada en enfoques e información.
elconfidencialdigital
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