Carta del Santo Padre al cardenal Alfonso López Trujillo, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, en la que renueva la convocatoria que hizo Juan Pablo II del V Encuentro Mundial de las Familias, que se celebrará en Valencia (España) en julio de 2006.
Vatican Information Service
08 de junio de 2005
Vatican Information Service
08 de junio de 2005
Tras recordar el tema del encuentro: "La transmisión de la fe en la familia", el Papa escribe en la carta fechada el 17 de mayo: "Me propongo alentar, como lo hizo Juan Pablo II, "la estupenda novedad", el "Evangelio de la Familia", cuyo valor es central para la Iglesia y la sociedad".
"Todos los pueblos -continúa-, para dar un rostro verdaderamente humano a la sociedad, no pueden ignorar el bien precioso de la familia, fundada sobre el matrimonio. "La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un "consorcio" para toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole", es el fundamento de la familia, patrimonio y bien común de la humanidad. Así pues, la Iglesia no puede dejar de anunciar que, de acuerdo con los planes de Dios, el matrimonio y la familia son insustituibles y no admiten otras alternativas".
"Todos los pueblos -continúa-, para dar un rostro verdaderamente humano a la sociedad, no pueden ignorar el bien precioso de la familia, fundada sobre el matrimonio. "La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un "consorcio" para toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole", es el fundamento de la familia, patrimonio y bien común de la humanidad. Así pues, la Iglesia no puede dejar de anunciar que, de acuerdo con los planes de Dios, el matrimonio y la familia son insustituibles y no admiten otras alternativas".
Benedicto XVI subraya que "la familia cristiana tiene, hoy más que nunca, una misión nobilísima e ineludible, como es transmitir la fe. (...). Los padres son los primeros evangelizadores de los hijos, don precioso del Creador, comenzando por la enseñanza de las primeras oraciones. Así se va construyendo un universo moral enraizado en la voluntad de Dios, en el cual el hijo crece en los valores humanos y cristianos que dan pleno sentido a la vida".
Comentarios