Ir al contenido principal

EL FIN DEL DERECHO

Por Juan Manuel DE PRADA/ ABC 28 de Marzo

MUCHO antes de entrar en guerra, el Tercer Reich desarrolló un plan para el asesinato de enfermos incurables denominado «Aktion T4». Se calcula que, cuando finalmente fue cancelado, varias decenas de miles de alemanes aquejados de enfermedades terminales habían sido entregados a las cámaras de gas. El programa de eutanasia de Hitler, que suele calificarse erróneamente de «prueba piloto» para los campos de exterminio masivo, estaba en realidad dictado por una actitud de índole «compasiva»: los jerarcas nazis consideraban que una vida estragada por el sufrimiento no merecía la pena ser vivida. Los promotores de «Aktion T4» desarrollaron, sin embargo, su trabajo en secreto, sabedores de que el Derecho les impedía disponer discrecionalmente de las vidas ajenas; cuando dichas prácticas fueron divulgadas, tuvieron que ser interrumpidas, pues resultaron demasiado «desagradables» para la opinión pública. Visto a la luz de nuestra época, el programa de eutanasia del Tercer Reich quizá siga resultando «desagradable», no tanto por su maldad intrínseca como por sus cifras industriales y sus métodos expeditivos. Pero en lo que verdaderamente importa -la suplantación del Derecho por un conglomerado de consideraciones presuntamente «piadosas»-, nuestra época ha llegado más lejos que el Tercer Reich: lo que los jerarcas nazis realizaban en secreto, por cuidar las apariencias, nuestra época lo perpetra a plena luz del día, orgullosa de su «altruismo». El caso de Terri Schiavo nos muestra la perversión rampante del Derecho que postula nuestra época. En los últimos años, el Derecho ha dejado de fundarse sobre conceptos inmanentes para apoyarse sobre un batiburrillo de conveniencias sociales e ideológicas dictadas por el oportunismo. Así, por ejemplo, si se considera que destruir la naturaleza de una institución jurídica puede reportar determinados réditos electorales, se procede a su destrucción y santas pascuas. Este entendimiento relativista (y, en el fondo, descarnadamente totalitario) del Derecho no afecta tan sólo a sus instituciones, sino también a sus principios rectores: así, el derecho a la igualdad puede ser interpretado ad absurdum para forzar una nueva configuración del matrimonio, pero al mismo tiempo puede ser derogado mediante la introducción de una «discriminación positiva» de tal o cual sexo. Cuando el Derecho es sometido a la pura conveniencia, la aberración jurídica campa por sus fueros; por supuesto, para justificar tales aberraciones, los destructores del Derecho invocan la sacrosanta corrección política, o bien un sucedáneo hipócrita de compasión. De este modo, le tapan la boca a los disidentes, que si todavía se atreven a balbucir algún reparo son automáticamente expulsados a las tinieblas exteriores.Uno tenía entendido que el presunto «derecho a la eutanasia» se fundaba sobre la voluntad del enfermo. Pero caminamos hacia una «eutanasia por decreto», donde la voluntad del enfermo es suplantada por su representante legal o por un juez que se arroga un poder decisorio sobre la vida y la muerte. Naturalmente, una vez infringida la noción misma de Derecho, se puede afirmar sin empacho que ofrecer bebida y alimentos a un enfermo es «mantener artificialmente» su vida (lo que legitimaría matar por inanición a tetrapléjicos, pacientes de alzheimer o niños recién nacidos con malformaciones), o aceptar como prueba irrefutable el testimonio de un familiar que se erige (sin que ningún documento o testigo lo acrediten) en sedicente depositario de la voluntad de la víctima. Puestos a matar por decreto, la técnica nazi se me antoja menos demoradamente cruel que la privación de bebida y alimentos; pero a los hipócritas que postulan el fin del Derecho no les gustan, al parecer, los métodos expeditivos.

Comentarios

Populares

San Pablo en Atenas

San Pablo en el Areópago Rafael Sanzio  (1515-1516 )   Londres, Victoria & Albert Museum He releído recientemente el discurso de San Pablo en el Areópago de Atenas * y me ha fascinado su actualidad: es un ejemplo plenamente útil para la comunicación de la fe en el Occidente contemporáneo. Atenas Atenas. Año 52 d.C. 16 o 19 años después de la muerte y resurrección de Cristo. Algo así como si estos hechos fundamentales hubieran ocurrido en 2000 y Pablo llegase a Atenas hoy. En realidad, menos tiempo, porque entonces todo iba mucho más despacio que ahora, y 17 años entonces eran un ayer. Atenas era una ciudad en decadencia . Aún conservaba el aura de capital cultural del Mundo; pero el centro de poder y cultura se había desplazado hacia el oeste, a Roma. Un ejemplo con todas sus limitaciones, como si habláramos hoy de París y Nueva York. En Atenas se mezcla un materialismo desencantado y un sincretismo religioso que resulta en un relativismo muy parecido al de ...

Aquí no hay quien viva

Así está la cosa, y lo que nos espera, porque parece ser que la Universidad Carlos III ha encargado a los guionistas de este engendro el manual de " Educación para la Ciudadanía "... Mofa de la Iglesia, apología del aborto y elogio del homomonio J.A Osca. Aquí no hay quien viva Cadena televisión: Antena 3 Hora de emisión: 22:00 Fecha emisión: 11/05/2006 Los dos últimos capítulos emitidos por Antena 3 de la serie “Aquí no hay quien viva” constituyeron un catálogo perfecto del pensamiento e ideología que pretenden imponernos en España desde el sector de la progresía más rancia y ultramontana. En una de las tramas, una de las dos lesbianas de la serie decide tener un niño, pero como necesita semen, se va con su otra amiga lesbiana al ‘banco de semen’ de la primera planta, donde viven dos gays porque “entre gays y lesbianas, el tráfico de espermatozoides es lo más normal del mundo”. De los dos, Fernando es el elegido (porque el otro, Mauri, ya prestó el suyo en otra ocasión) y le...

José Antonio Senovilla. Vicario del Opus Dei en Rusia (y Ucrania)

Conocí a José Antonio Senovilla cuando era el prototipo de lo que hoy se llama un emprendedor. Tenía proyectos para sí y para cualquiera que se le acercara. Muchas personas con espíritu emprendedor se le acercaban en busca de asesoramiento y encontraban, normalmente, aliento para ir más allá de lo que nunca soñaron. Luego trabajamos juntos unos cuantos años y comprobé en carnes propias su empuje y magnanimidad. Solo una persona de su magnanimidad y empuje podía ordenarse sacerdote entrado ya en años y marcharse a comenzar la labor estable del Opus Dei en Rusia. Así, sin saber ruso y, casi, sin saber ser cura. José Antonio merecía una entrevista, y así lo entendió el Diario Jaén , que le abrió una página entera en su Dominical del pasado domingo. Esto es lo que escribió: D. José Antonio (i) con un amigo sacerdote "En Jaén, la ciudad en la que nací y a la que vuelvo siempre que puedo, como ahora, aprendí de Rusia lo que habitualmente un niño alumno de los Maristas puede s...