El Blog Action Day de 2008 está dedicado a la pobreza. Ya participé el año pasado, y ahora quiero llamar la atención sobre una pobreza que pasa muchas inadvertida, a pesar de que está a nuestro lado, en la misma ciudad, en nuestro barrio, en nuestra misma calle, quizá en la misma escalera en la que vivimos: la de los pobres vergonzantes, que cubren su pobreza con un halo de dignidad que la hace invisible para los apresurados ciudadanos modernos del primer mundo.
Hay gente a nuestro lado, no sólo allá lejos, en África o Asia, que pasa hambre y no lo dice, y su número aumenta ahora que estamos en momentos de crisis. Pero no quiero quedarme en esta realidad, este post va dedicado a los que se paran, saben ver las necesidades de sus prójimos y se comprometen personalmente en aliviarlas. Va dedicado a una de las muchas iniciativas que sacan adelante los ciudadanos de a pie, por pura misericordia, que significa compartir de corazón las miserias ajenas.
Este post va dedicado a los Bancos de Alimentos, organizaciones sin ánimo de lucro basadas en el voluntariado, y cuyo objetivo es la consecución y aprovechamiento de los excedentes alimentarios con intención de hacerlos llegar a los Centros Asistenciales y, a través de ellos, a las personas que los necesiten. Mejor dicho, va dedicado a las personas que con su esfuerzo y tiempo mantienen operativos estos Bancos.
Los Bancos de Alimentos operan en sociedades desarrolladas como EEUU, Francia, Bélgica, Italia o España, con casi un Banco por provincia, despertando el espíritu solidario y difundiendo los valores humanos y culturales necesarios para resolver la cruel contradicción entre los excedentes y la pobreza existente. En 2005 los Bancos han distribuido por toda España 32.500.000 Kilos de alimentos. En 2006, a falta de las últimas estadísticas, esa cifra alcanzó los 55.000.000 Kilos, de los que se beneficiaron 650.000 personas en todo el territorio nacional.
Hay gente a nuestro lado, no sólo allá lejos, en África o Asia, que pasa hambre y no lo dice, y su número aumenta ahora que estamos en momentos de crisis. Pero no quiero quedarme en esta realidad, este post va dedicado a los que se paran, saben ver las necesidades de sus prójimos y se comprometen personalmente en aliviarlas. Va dedicado a una de las muchas iniciativas que sacan adelante los ciudadanos de a pie, por pura misericordia, que significa compartir de corazón las miserias ajenas.
Este post va dedicado a los Bancos de Alimentos, organizaciones sin ánimo de lucro basadas en el voluntariado, y cuyo objetivo es la consecución y aprovechamiento de los excedentes alimentarios con intención de hacerlos llegar a los Centros Asistenciales y, a través de ellos, a las personas que los necesiten. Mejor dicho, va dedicado a las personas que con su esfuerzo y tiempo mantienen operativos estos Bancos.
Los Bancos de Alimentos operan en sociedades desarrolladas como EEUU, Francia, Bélgica, Italia o España, con casi un Banco por provincia, despertando el espíritu solidario y difundiendo los valores humanos y culturales necesarios para resolver la cruel contradicción entre los excedentes y la pobreza existente. En 2005 los Bancos han distribuido por toda España 32.500.000 Kilos de alimentos. En 2006, a falta de las últimas estadísticas, esa cifra alcanzó los 55.000.000 Kilos, de los que se beneficiaron 650.000 personas en todo el territorio nacional.
Comentarios
Sí, es verdad, los Bancos de Alimentos algo hacen. Pero la institución que hace algo -mucho- de verdad es sobre la que he escrito (y no creo que muchos la hayan mencionado): la Iglesia Católica y sus organizaciones dependientes.
Su labor sí que es impagable, necesaria e insustituible. Un saludo.
Es verdad que Su Reino no es de este mundo, y que trabaja cara a Dios, y no cara a los hombres; pero la mala prensa reduce las posibilidades de ayudar de la Iglesia, y los perjudicados son los necesitados, siempre salen perdiendo los pobres (en sus tres dimensiones).
Pero pienso que este otro partido está ganado: lo que nos toca hacer es jugarlo.