Conocí a Luisma Calleja muy brevemente y por sorpresa. Apareció, sin que supiera cómo, en la graduación de mi promoción de Derecho (y de la de Económicas contemporánea), las segundas en el INEDE (hoy Universidad Internacional de Cataluña).
Solo recuerdo que improvisó, presentó y comentó un pase de modelos de nuestras compañeras, jugando con las insospechadas posibilidades de unos pareos. El "número" era tan sencillo y, a la vez, tan ingenioso y simpático, que me maravilló y ha quedado resguardado en mi memoria, que conserva de esa noche poco más.
Cuando estos días he sabido de su muerte, he recordado esta y alguna que otra anécdota más de sus hazañas humorísticas, con verdadero placer y añoranza de aquellos tiempos tan felices.
Hoy me encuentro con este obituario de la pluma de Javier Hernández-Pacheco, catedrático de Filosofía de la Universidad de Sevilla, que tomo prestada, porque me ha parecido una necrológica tan bella de Luisma, que hasta casi le hace justicia.
Luis Manuel Calleja Corujedo nació el 8 de agosto de 1947 en Infiesto (Asturias) y ha fallecido el 15 de julio de 2020 en Pamplona. Fue profesor del IESE, donde había obtenido su MBA y donde desarrolló e impartió un modelo de gobierno de empresas.
"Los que conocimos a Luisma Calleja allá por los años 70 sabemos bien que su camino a la excelencia docente en el complejo territorio de la dirección de empresas no fue fácil. El triunfo final no estuvo garantizado en sus comienzos. pese a que todos los que con él convivíamos en aquel Colegio Mayor Moncloa, sabíamos de su innata genialidad.
Ilustre asturiano, llegó a Madrid para empezar unos estudios de ingeniería aeronáutica, que prosiguió con mal pie porque le gustaban más los aviones que las ecuaciones diferenciales. Se graduó finalmente en el MBA del IESE. Pero no fue en la dirección empresarial donde encontró su definitiva vocación, sino en su «segunda carrera profesional» como profesor de esa misma Escuela, orientando y ayudando a futuros directivos hacia ese triunfo empresarial que no fue el suyo.
Fue ahí donde finamente los astros se conjuntaron para generar un fenómeno humano, docente, profesional, absolutamente extraordinario, del que tantas generaciones de alumnos, de compañeros, de amigos, han podido disfrutar hasta su reciente fallecimiento.
Asimiló y desarrolló el modelo de gobierno de empresas de Antonio Valero. Pero sobre todo en una docencia que por su naturaleza tendía a la práctica, encontró Luisma el ámbito para el despliegue de su natural ingenio, que le hacía ser un fenómeno del humor y de la performance, logrando en lodo lo que hacía que lo pasasen bien quienes le rodeaban.
Tenía, de siempre, una inteligencia que brillaba sintéticamente en la «composición del lugar», en lo que Napoleón llamaba un coup d'oeil, útil para la batalla, pero imprescindible para la decisión empresarial, porque lleva «a situarse», a un «saber estar», en el que de forma natural se unían para él la caricatura y la elegancia. Dominaba también esa clave de la inteligencia práctica que llaman «pensamiento lateral», que tiene que ver con la perspectiva que nos lleva a ver lo mismo «de otra manera», para salir con éxito de una situación comprometida, o sacar partido de lo que para otros es inconveniente. Es la clave del general victorioso, del empresario, del educador familiar, del buen hacer social.
Y ahí, siempre en su sitio, el del buen humor y la hombría de bien, es donde Calleja brillaba.
Pero hay algo que suele perder a la gente brillante. Y es que tienden a ser conscientes, incluso están seguros, de que lo son: y eso conduce a la arrogancia. Y a él eso no le pasaba. Él subía a la tarima dispuesto a aprender. Quizás su carácter. quizás también la mezcla en su vida de esenciales triunfos y accidentales fracasos, lo llevaron a lo que fue: un sabio humilde, que, agradeciendo sin reclamarlo cualquier reconocimiento, lodo lo daba en hacer felices a los demás.
Descanse en paz Luisma Calleja.
Buen padre de familia, amigo, compañero, maestro. Además de enseñar, pasó por la vida haciendo el bien.
Más, alegrando la vida a los que le rodeaban".
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