Ir al contenido principal

Reivindicación del cristianismo: Los Diez Mandamientos

Foto atarifa CC
La verdad, vivimos como nunca de bien, estoy casi seguro. Materialmente desde luego. Un ejemplo: escribo escuchando a Aretha Frankling (Respect, Chain Of Fools, Think...), recientemente fallecida; ¿os imagináis cuánto costaría oír música hace tan solo siglo y pico?

Sin embrago, se percibe un malestar que no nos deja tranquilos, que enturbia nuestra privilegiada situación. El cine y la literatura se ceban anunciando futuros distópicos de destrucción masiva*. Nos empeñamos en procurar más la muerte que la vida, justo cuando mejor podemos cuidar y procurar la vida: suicidio, aborto, eutanasia...

¿Qué nos estamos perdiendo? ¿Qué hemos olvidado, dejado atrás? ¿Qué no envidiarían nuestros antepasados?

Dios.

El progreso ha traído autosatisfacción y, por tanto, autonomía. Y ambos, individualismo. ¿Y a hora qué? Constatamos que no basta. Que la naturaleza humana tiene otras exigencias que no se satisfacen con lo que hemos conseguido. Ni con lo que conseguiremos. Si sobrevivimos.

Leyendo he topado con una buena descripción del hombre blanco occidental: un ser con valores cristianos desgajados de su fundamento.

Su fundamento era el Dios cristiano. Los diez Mandamientos. ¿Ahora? Ahora parece no haber suelo.

Las inquietudes y los problemas de hoy, las importantes -no si tengo o no wifi y cosas así-, son las de siempre. Pero ahora las respuestas son pobres. Al desenraizarse han quedado famélicas, ineficaces, sometidas a los vaivenes de los intereses inmediatos del poder de cada momento. Son parches, mal parcheados.

Pienso que no solo existe el derecho de los padres cristianos a que se enseñe en la escuela -de la titularidad que sea- la religión católica, sino que es toda la sociedad la que debería tener en esto el máximo interés. Porque si se enseñan y viven los Diez Mandamientos, todo andará mucho mejor.

Hace unos días se me ocurrió la siguiente correlación. Mejorable, sin duda. Es una propuesta vuelapluma:


  1. Amarás a Dios sobre todas las cosas. Ecología (cfr. Laudato si). O libertad; pero esto nos llevaría lejos.
  2. No tomarás el nombre de Dios en vano. Respeto, tolerancia.
  3. Santificarás las fiestas. Botellones, conciliación.
  4. Honrarás a tu padre y a tu madre. Pensiones, estado del bienestar, políticas sociales.
  5. No matarás. Abolición de la pena de muerte, terrorismo, paz.
  6. No cometerás actos impuros. Abusos contra la libertad sexual, prostitución.
  7. No robarás. Delincuencia, tráfico de drogas.
  8. No darás falsos testimonios ni mentirás. Prevaricación, cohecho.
  9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros. Violencia de género, pornografía.
  10. No codiciarás los bienes ajenos. Corrupción.
Se puede hacer mucho y bien si volvemos a las raíces de nuestra civilización y dejamos de hacer planes vanos (cfr. Salmo II).


* ¿Exagero? Precisamente hoy mi diario de cabecera, de una corrección política descolorida sin fisuras, nada sospechoso de sensacionalismo, publica un artículo de Daniel Reboredo -historiador y analista político- a cuenta del fallecimiento de Kofi Annan, en el que dice cosas como "en estos momentos la mayor parte de la economía mundial está inmersa en un modelo de autodestrucción definitiva".
De Annan no hablo, porque estaría feo decir lo que pienso ahora que está muerto.


Comentarios

Populares

San Pablo en Atenas

San Pablo en el Areópago Rafael Sanzio  (1515-1516 )   Londres, Victoria & Albert Museum He releído recientemente el discurso de San Pablo en el Areópago de Atenas * y me ha fascinado su actualidad: es un ejemplo plenamente útil para la comunicación de la fe en el Occidente contemporáneo. Atenas Atenas. Año 52 d.C. 16 o 19 años después de la muerte y resurrección de Cristo. Algo así como si estos hechos fundamentales hubieran ocurrido en 2000 y Pablo llegase a Atenas hoy. En realidad, menos tiempo, porque entonces todo iba mucho más despacio que ahora, y 17 años entonces eran un ayer. Atenas era una ciudad en decadencia . Aún conservaba el aura de capital cultural del Mundo; pero el centro de poder y cultura se había desplazado hacia el oeste, a Roma. Un ejemplo con todas sus limitaciones, como si habláramos hoy de París y Nueva York. En Atenas se mezcla un materialismo desencantado y un sincretismo religioso que resulta en un relativismo muy parecido al de hoy día e

La toma de Quaragosh

El pasado jueves 8 de enero por la tarde me llegó por whatsapp un mensaje urgente pidiendo oraciones porque los islamistas del ISIS acababan de tomar la ciudad de Quaragosh , la que cuenta -o contaba- con más cristianos en Iraq. Según el mensaje, cientos de hombres, mujeres y niños estaban siendo decapitados en ese momento. Dicho así, me produjo tal congoja que empecé a pasarlo, hasta que decidí comprobar, acuciado por cierta sospecha . Procuro estar informado, y la toma de Quaragosh ese día no me cuadraba nada. Acudí a Twitter en busca de una fuente profesional sin encontrarla, y me fui dando cuenta de que la cadena de oración se iba remontando poco a poco en el tiempo , a días, semanas, meses atrás. Uno de los tuits (del 5 de enero) reconocía: " La noticia que colgué ayer de la ocupación de quaragosh en Irak, se produjo en agosto ". En efecto, el primer tuit alusivo anuncia el ataque a la ciudad en junio, y el siguiente, que informa de la toma y la masacre, es del 8 de ag

Navidad 2023

 Llega la Navidad y llega la polémica. Ya dice el villancico que Dios bajó a la tierra "para padecer". Cada año se reproducen los que no soportan este tiempo navideño, los que felicitan "las fiestas" como si se dieran sentido a sí mismas, los neopaganos del solsticio de invierno, las saturnales, etc. -con menos sentido sobrenatural que los paganos originales-, los del fin del otoño, los de "santaclaus"... Están los que contraponen con buena intención y cierta lógica, las guerras, los asesinatos, los terremotos, los accicedentes, etc., a los deseos de paz, el reencuentro familiar y las buenas noticias, un poco ingenuamente.  Están esos vídeos "navideños" tan celebrados ( virales se dice ahora), en los que la Navidad propiamente dicha, el nacimiento del Niño Dios en Belén, brilla por su ausencia tanto como sí brilla la calidad artística, como el tradicional de Campofrío , de la Lotería , o el de este año de Suchard . Así que he decidido vengarme y