El S-80. Foto en Poderío Militar Español |
Un ejemplo. Hace unos años construimos un submarino con nuestra propia tecnología. En lugar de sacar pecho, nos quedamos con que no flotaba. Ahora que ya flota, a base de hacerlo más grande, resulta que no cabe en el muelle. ¡La chapuza nacional! En lugar de enterarnos bien de las razones del asunto, echamos unas risas y unas copichuelas con los amigotes y meneamos la cabeza pensando para los adentros: "este país no tiene remedio". ¡Otra ronda!
Mi hermano es ingeniero naval, trabaja como ingeniero naval y es un apasionado de la navegación. Ha sido él quien me ha enviado el enlace al artículo La verdadera historia del submarino que no flotaba, escrito por Carlos Salas para La Información. Explica de forma amena y precisa por qué no flotaba en un principio y por qué ahora el muelle es pequeño. Es verdad, hay improvisación, retraso y elementos chuscos para refrescar el verano; pero hay mucho más.
Hay un pedazo de logro tecnológico español, un magnífico submarino no nuclear con prestaciones de un sí nuclear. Una machada, y la hemos hecho nosotros. Que flota. Y el muelle se hace más grande, como estaba previsto desde 2011, y ya está.
Gracias a los dos Carlos, mi hermano y el periodista, y a Mathew Bennett, un free lance con olfato para los buenos reportajes. Compruebo que seguimos siendo un pueblo con una sana costumbre de reírse de sí mismo, y que al mismo tiempo es capaz de aportar a la altura de los mejores.
Quedemos para celebrarlo con unas excelentes cervezas... españolas, que están muy ricas.
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