Ya me perdonaréis; pero llevo una racha de trabajo que no me deja tiempo para el blog. Sin embargo, entre cosa y cosa, me ha venido a la cabeza la idea de que el problema con la campaña del ateobús en España es de desconocimiento de la cultura inglesa, y se centra en la palabra "probablemente".
Para los ingleses, las cosas nunca son absolutas, la típica flema británica impide todo maximalismo, mucho más cuando se trata de asuntos verdaderamente importantes. Para un británico de té a las cinco, las cosas trascendentales son "quite" (un poco) o como mucho "rather" (bastante), y sólo cuando quieren hacer una afirmación categórica y rotunda dicen "probably".
En cambio, cuando se trata de una cuestión perfectamente trivial y anecdótica, se descuelgan con los más escandalosos adjetivos: "colgó del perchero un abrigo terriblemente anticuado", por ejemplo, o "llegó espantosamente tarde y tuvo que tomar el té congelado", para ilustrar un retraso de medio minuto.
En España somos más directos, y así nos hemos entendido siempre, para bien o para mal. Ahora que estamos hechos un lío con el invento de lo políticamente correcto, sólo nos faltaba que vinieran los ateos con lo de "probablemente".
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