Ir al contenido principal

Harry Potter y la fe cristiana

Libertad digital. Juan Orellana. 01-12-2005


LOS RIESGOS DE LA MAGIA

Ya ha llegado la navidad comercial, que poco tiene que ver con la Navidad litúrgica. Y, como viene siendo habitual en los últimos años, el cine viene lleno de alusiones navideñas, cada vez más trufadas de lo mágico, lo onírico y lo fantástico. Y Harry Potter ha abierto una vez más la temporada.

Harry Potter ha regresado con su cuarta entrega, dirigida por Mike Newell. Y vuelve a plantearse la eterna controversia: ¿Es Harry Potter contrario a la fe cristiana? Ya se sabe que el 7 de marzo de 2003, el entonces Cardenal Ratzinger le remitió una carta a la crítica literaria Gabrielle Kuby, en la que le decía: “Es bueno que usted ilumine a las personas acerca de Harry Potter, ya que este tipo de seducciones pasan sin advertencia y por lo tanto distorsionan el cristianismo en el corazón de los niños antes de que la fe pueda crecer de forma apropiada”...

En línea diversa hablaron en su día varios de los autores del documento Jesucristo, portador de agua viva. Una reflexión cristiana sobre la New Age que editaron dos Consejos Pontificios. Uno de ellos, el sacerdote Peter Fleetwood, precisó que “una cosa es la brujería y otra la fantasía. Todos hemos crecido en un mundo de magos y de hadas que no es anticristiano, sino que ayuda a los niños a entender el conflicto entre el bien y el mal”. Justo lo contrario de lo que afirma Ratzinger en otra carta a la citada escritora: “Que los niños pierden el espíritu de discernimiento entre el bien y el mal y que no tendrán la fortaleza y conocimiento necesarios para comprender las tentaciones del mal”. Según Teresa Osorio, coautora del texto sobre la New Age, “las condenas a los libros de Rowling o Tolkien vienen de fundamentalistas protestantes americanos. Pero cuando un niño vive en un ambiente sano, estas obras no plantean problema alguno”.

¿Quién tiene razón? No se trata de ofrecer respuestas dogmáticas a una cuestión tan abierta y opinable como unos libros infantiles y sus versiones cinematográficas, y mucho menos oponer la opinión de autoridades como la del entonces Cardenal Ratzinger, hoy Papa, con la de otras personas respetables, como el P. Fleetwood y demás. Pero podemos afirmar que quizá ambos tengan razón, desde distintos puntos de vista.

Si nos fijamos en Harry Potter desde el punto de vista de la construcción de personajes, nos encontramos con héroes de los de toda la vida, y en ese sentido educativos. Harry tiene una meta buena, se topa con obstáculos y seducciones del mal, pero ayudado de sus amigos, consigue la victoria. Una victoria que siempre es mitad alcanzada, mitad dada, como si hubiera una fuerza del Bien que tiende a proteger a Harry en los lances más difíciles (este es el mismo esquema de El Señor de los Anillos o La guerra de las Galaxias). En este primer nivel, los personajes protagonistas de la saga son chicos llenos de buenos sentimientos, con un fuerte sentido de la amistad, del deber y de la obediencia, sin que eso signifique que no hagan de las suyas, como corresponde a cualquier chaval de su edad.

Las críticas de Ratzinger se refieren más bien al contexto de la magia, un contexto ciertamente ambiguo, ya que no hace alusión a la trascendencia. De hecho, en la vida real, las diferencias que se establecen entre magia “blanca” y magia “negra”, tienen que ver con la vinculación de la segunda a las “fuerzas del mal” en un sentido teológico indudablemente cristiano. En Harry Potter esta magia pertenece a un mundo sin “Señor”, y es una magia que ciertamente puede orientarse al bien o al mal, pero sin que se sepa quién define esa maldad o bondad. Por otra parte, ese mundo mágico, en un contexto cultural tan distinto del de Tolkien o C.S. Lewis, por ejemplo, puede crear en el niño una ilusión evasiva a un “mundo paralelo” que nada tiene que ver con las categorías de una fe razonable y adulta. Ni siquiera los milagros de los que habla la Iglesia tienen nada de “mágico” en el sentido harrypotteriano.

Enunciadas estas dos perspectivas, coincido también con la segunda parte del juicio de la Doctora Osorio: un niño que vive en su casa y entre sus amigos y en la escuela un ambiente sincera y explícitamente cristiano, no tiene porque ver en Harry Potter más que una trepidante y amable historia de héroes y aventuras. Pero en fin, ya ven que la cosa no está definitivamente clara.

Comentarios

Hispanicus ha dicho que…
yo pienso lo mismo que lo que pones en tu ultimo parrafo, que depende del niño y de la educacion que le den sus padres.

Es lo mismo que la polemica de los jugetes armas para niños, yo no pienso qu sea malo que un niño juegue con armas de jugete, yo lo he hecho toda mi vida y no soy nada violento, para mi hermano y para mi solo era diversion, y eso gracias a mis padres.

Los padres tienen toda la responsabilidad en la formacion de sus hijos, y estos actuaran segun el ejemplo que ellos les dicten.

Saludos
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Dudé mucho antes de poner este artículo; porque no quería disentir del hoy Papa (me chifla Harry Potter); pero la cosa se resuelve como tú dices. El gran problema es que hoy los niños están, en muchos casos, abandonados a su suerte o, peor aún, formados por el hombre del saco.

Populares

San Pablo en Atenas

San Pablo en el Areópago Rafael Sanzio  (1515-1516 )   Londres, Victoria & Albert Museum He releído recientemente el discurso de San Pablo en el Areópago de Atenas * y me ha fascinado su actualidad: es un ejemplo plenamente útil para la comunicación de la fe en el Occidente contemporáneo. Atenas Atenas. Año 52 d.C. 16 o 19 años después de la muerte y resurrección de Cristo. Algo así como si estos hechos fundamentales hubieran ocurrido en 2000 y Pablo llegase a Atenas hoy. En realidad, menos tiempo, porque entonces todo iba mucho más despacio que ahora, y 17 años entonces eran un ayer. Atenas era una ciudad en decadencia . Aún conservaba el aura de capital cultural del Mundo; pero el centro de poder y cultura se había desplazado hacia el oeste, a Roma. Un ejemplo con todas sus limitaciones, como si habláramos hoy de París y Nueva York. En Atenas se mezcla un materialismo desencantado y un sincretismo religioso que resulta en un relativismo muy parecido al de hoy día e

La toma de Quaragosh

El pasado jueves 8 de enero por la tarde me llegó por whatsapp un mensaje urgente pidiendo oraciones porque los islamistas del ISIS acababan de tomar la ciudad de Quaragosh , la que cuenta -o contaba- con más cristianos en Iraq. Según el mensaje, cientos de hombres, mujeres y niños estaban siendo decapitados en ese momento. Dicho así, me produjo tal congoja que empecé a pasarlo, hasta que decidí comprobar, acuciado por cierta sospecha . Procuro estar informado, y la toma de Quaragosh ese día no me cuadraba nada. Acudí a Twitter en busca de una fuente profesional sin encontrarla, y me fui dando cuenta de que la cadena de oración se iba remontando poco a poco en el tiempo , a días, semanas, meses atrás. Uno de los tuits (del 5 de enero) reconocía: " La noticia que colgué ayer de la ocupación de quaragosh en Irak, se produjo en agosto ". En efecto, el primer tuit alusivo anuncia el ataque a la ciudad en junio, y el siguiente, que informa de la toma y la masacre, es del 8 de ag

El aborto en los medios de comunicación españoles

Artículo de Alejandro Navas / profesor de sociología de la Universidad de Navarra / editado en arguments / jueves 24 de julio de 2008 Acaba de ser publicado el libro Mujer y realidad del aborto. Un enfoque multidisciplinar , que recoge las actas del I Congreso Internacional Multidisciplinar " Mujer y realidad del aborto " , celebrado en Cáceres en marzo de 2007. Con el texto de la ponencia titulada "El aborto en los medios de comunicación", del profesor Alejandro Navas . Navas ha elegido los periódicos El País, El Mundo, ABC, La Razón, La Vanguardia y El Periódico, que permiten recoger de modo suficiente el clima de opinión nacional. Y ha analizado todo lo que esos diarios han publicado sobre el aborto en los tres años precedentes. El tema de esta ponencia resulta complejo, por serlo el mundo de los medios de comunicación. Nos encontramos ante un fenómeno de gran amplitud y heterogeneidad: prensa -diarios y revistas-, radio, televisión, Internet, teléfono; medios