"Blood Money, el valor de una Vida" es un largometraje-documental del cineasta David Kyle, que expone la verdad sobre la industria del aborto. La cinta, narrada por la Dra. Alveda King (sobrina de Martin Luther King), muestra el recorrido del aborto en Estados Unidos, apoyándose en testimonios de personas directamente implicadas en él. Para saber más de la película, les dejo con la siguiente entrada en el blog Publicidad y cine con valores.
Pero el motivo inicial del post es comentar el artículo Complicaciones psiquiátricas del aborto, en el que los profesores Manuel Gurpegui y Dolores Jurado, de la Universidad de Granada, repasan la literatura científica más actualizada sobre la cuestión.
Son muchos los aspectos interesantes de este artículo, publicado en Cuadernos de Bioética XX, 2009/3ª; pero lo que más impacto me ha causado es la última conclusión del estudio, algo en lo que no había pensado, y que ha sido el descubrimiento de un engaño colosal:
En tercer lugar (...) de ninguna manera puede invocarse, sobre bases empíricas, razones de salud mental de la embarazada para inducir al aborto, a pesar de que así se haga en la mayoría de los casos en España (97% por peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada, n. del b.) y en algunos otros países.Sabía que esta indicación -peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada- era un coladero; pero no que fuera tal el engaño. Porque lo que los estudios científicos muestran es que hay más o menos riesgo de "complicaciones psiquiátricas" para las mujeres que abortan que para las que dan a luz; incluso hay estudios -los más proclives al aborto-, que dicen que los riesgos son los mismos; pero ninguno, ninguno, ninguno dice que abortar reporte beneficios psiquiátricos frente a dar a luz.
Esto me recuerda a la cantinela del tabaco: tantos años de procurar la industria tabaquera enganchar a sus clientes y negar los efectos nocivos, hasta que ha empezado a probarse el daño para la salud, grave en muchos casos, lo que ha supuesto indemnizaciones multimillonarias, el estigma social y la lucha por disminuir el consumo.
¿Cuándo veremos algo similar a lo del tabaco con el aborto? ¿Pronto?
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