Por Tomás Baviera, en ConoZe.com, el 1 de octubre de 2009
Valencia es la ciudad donde se publicó por primera vez Camino, la obra más conocida de San Josemaría Escrivá de Balaguer. Fue el 29 de septiembre de 1939 cuando este libro vio la luz en Gráficas Turia, una imprenta situada en la calle Salvador Abril, muy cerca de la Avenida Reino de Valencia. A fecha de hoy se cuentan más de 4 millones y medio de ejemplares difundidos por todo el mundo, y prueba de ello es que ha sido traducido a 43 idiomas.
Camino contiene 999 consideraciones de carácter espiritual. Cada una había salido de la oración personal de San Josemaría. Sus propias vivencias y su amplia experiencia pastoral entre jóvenes universitarios pasaron por su meditación ante Dios. De ahí extrajo orientaciones prácticas para su propia vida, que anotaba y que posteriormente compartió en esta publicación.
El estilo de Camino resulta muy apropiado para la gente joven. El libro interpela incisivamente al lector. Así lo manifiesta el autor en el prólogo, donde además nos revela la intención del escrito: «Lee despacio estos consejos. Medita pausadamente estas consideraciones. Son cosas que te digo al oído, en confidencia de amigo, de hermano, de padre. (...) Voy a remover en tus recuerdos, para que se alce algún pensamiento que te hiera: y así mejores tu vida y te metas por caminos de oración y de Amor. Y acabes por ser alma de criterio».
En estas últimas palabras se condensa la misión de Camino: ser alma de criterio. Esto es muy diferente de ser un hombre o una mujer «de criterios». No se trata de saber lo que está permitido o no está permitido hacer en cada momento. Los criterios pueden servir para algunas circunstancias concretas, pero resultan insuficientes para la proyección de toda una vida.
Tener criterio es otra cosa. Consiste en saber discernir por uno mismo a partir de una referencia válida. Para ello, la principal maestra que tenemos es la propia experiencia. Por eso San Josemaría apela a los propios recuerdos, a una memoria que esté dispuesta a aprender y a corregirse, aunque duela.
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Valencia es la ciudad donde se publicó por primera vez Camino, la obra más conocida de San Josemaría Escrivá de Balaguer. Fue el 29 de septiembre de 1939 cuando este libro vio la luz en Gráficas Turia, una imprenta situada en la calle Salvador Abril, muy cerca de la Avenida Reino de Valencia. A fecha de hoy se cuentan más de 4 millones y medio de ejemplares difundidos por todo el mundo, y prueba de ello es que ha sido traducido a 43 idiomas.
Camino contiene 999 consideraciones de carácter espiritual. Cada una había salido de la oración personal de San Josemaría. Sus propias vivencias y su amplia experiencia pastoral entre jóvenes universitarios pasaron por su meditación ante Dios. De ahí extrajo orientaciones prácticas para su propia vida, que anotaba y que posteriormente compartió en esta publicación.
El estilo de Camino resulta muy apropiado para la gente joven. El libro interpela incisivamente al lector. Así lo manifiesta el autor en el prólogo, donde además nos revela la intención del escrito: «Lee despacio estos consejos. Medita pausadamente estas consideraciones. Son cosas que te digo al oído, en confidencia de amigo, de hermano, de padre. (...) Voy a remover en tus recuerdos, para que se alce algún pensamiento que te hiera: y así mejores tu vida y te metas por caminos de oración y de Amor. Y acabes por ser alma de criterio».
En estas últimas palabras se condensa la misión de Camino: ser alma de criterio. Esto es muy diferente de ser un hombre o una mujer «de criterios». No se trata de saber lo que está permitido o no está permitido hacer en cada momento. Los criterios pueden servir para algunas circunstancias concretas, pero resultan insuficientes para la proyección de toda una vida.
Tener criterio es otra cosa. Consiste en saber discernir por uno mismo a partir de una referencia válida. Para ello, la principal maestra que tenemos es la propia experiencia. Por eso San Josemaría apela a los propios recuerdos, a una memoria que esté dispuesta a aprender y a corregirse, aunque duela.
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Comentarios
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Sé siempre bienvenido a este blog; pero no de cualquier manera.