ANDOC advierte sobre los claros fines eugenésicos de un plan sanitario de Diagnóstico prenatal promovido por el SAS.
23 de junio de 2008
El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha anunciado recientemente su intención de poner en marcha un Programa de Cribado de Defectos Congénitos, dirigido a la detección precoz de malformaciones en el embarazo, mediante la realización de un "cribado" combinado en el primer trimestre de embarazo, junto a una ecografía morfológica correspondiente a las 20 semanas de gestación. El objetivo de ese plan es reducir al 1% la tasa de defectos congénitos no conocidos al nacimiento, que está establecida en el 3%. El hospital, además, facilitaría a los padres asesoramiento multidisciplinar y acceso a la terapia fetal en aquellos casos que sea necesario, para paliar problemas futuros en los recién nacidos.
Este programa, que venía desarrollándose, de modo experimental, en el Hospital de Valme de Sevilla, donde se han realizado en tres años más de 10.000 estudios a mujeres embarazadas, se pretende extender a 14 hospitales públicos de Andalucía.
Este "ambicioso" plan, junto con innegables aspectos positivos, aparentemente humanitario en sus intenciones, oculta un planteamiento abiertamente eugénesico de fondo. Su objetivo prioritario, se dice, es la reducción de la incidencia de malformaciones al nacimiento del 3% al 1%. Tal reducción no se debe –como cabría imaginar- al uso de terapias, sino a un proceso de detección y posterior eliminación –mediante la interrupción voluntaria del embarazo- de fetos con taras, especialmente Síndrome de Down y algunas cardiopatías congénitas. De hecho, en el caso del Down, de su diagnóstico dentro del plazo de las 20 semanas, se sigue en el 94,5 %. la decisión de abortar. Según datos del Ministerio de Sanidad, en 2006, los abortos declarados por malformaciones fetales supusieron en 2,8% del total (unos 3000).
Lee el artículo completo
Estas circunstancias se reflejan de modo clamoroso, en las estadísticas del Síndrome de Down en España: en el periodo 1986-2001, el índice de nacimientos con Sd, se mantuvo más o menos constante: 11,73 casos por cada 10.000 nacimientos; en 2002 bajó hasta el 8,2/10.000. Basta pasearse por cualquier ciudad o pueblo para constatar que los niños con Sd son un grupo en vías de extinción.
Resulta paradójico, en consecuencia, considerar una buena una política sanitaria, la de atajar la prevalencia de una enfermedad acudiendo al expediente de eliminar a los enfermos: sería una ironía tan macabra como la de poner como ejemplo de paz la paz de los cementerios.
El Programa se refiere también a la utilidad de planificar el parto ¿Vamos a planificar un parto a las 20 semanas? ¿por qué no hacerlo a las 25 cuando el diagnóstico es más fiable?: las enfermedades que puedan tener una solución quirúrgica al nacimiento, o que haya que planificar el parto en un hospital de tercer nivel, bien se pueden diagnosticar y organizar 4 semanas más tarde, si se muriesen antes de la semana 25, serian abortos tardíos espontáneos. Hay aquí un hecho que se pasa por alto frecuentemente: se afirma que el diagnóstico prenatal está indicado para descubrir (con un margen de error pequeño, aunque no despreciable –entre 98% de fiabilidad de la amniocentesis y un 50% antes de la semana 24 en ecografías- , ni exento de riesgos para madre e hijo) anomalías incompatibles con la vida; pero lo cierto es que en casi la totalidad de los casos, las enfermedades detectables son compatibles con la vida (Down, Patau, Hemofilia, fibrosis quística, etc.), aunque en su mayoría incurables. De ahí, que se "fuerce" la realización de pruebas antes de la semana 20 de embarazo, para no sobrepasar el límite de 22 semanas a partir del que el aborto es punible.
Una medida sanitaria de este tipo podría chocar frontalmente con los derechos humanos reconocidos internacionalmente a los discapacitados, por ejemplo en el artículo 10 de la Convención de la ONU (2006) sobre los derechos de las personas con discapacidad, que reafirma el derecho inherente a la vida de todos los seres humanos e insta a los Estados a adoptar todas las medidas necesarias para garantizar el goce efectivo de ese derecho por las personas con discapacidad en igualdad de condiciones con las demás.
E igualmente con la postura de colectivos que representan a los discapacitados, como el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), que califica como "discriminatorio" y "contra los derechos humanos" el supuesto que permite abortar en caso de malformación del feto, y señaló que "uno de los derechos de los discapacitados es el derecho a nacer".
Desde ANDOC (Asociación para la Defensa del Derecho a la objeción de conciencia de conciencia) queremos hacer llamamiento a la reflexión a autoridades políticas y sanitarias, a los profesionales de la sanidad y a las familias para que se busquen alternativas distintas a este tipo de prácticas eugenésicas. A los primeros para que valoren si es auténtico progreso científico arbitrar técnicas destinadas a seleccionar a seres humanos por sus características genéticas; a los profesionales para que sigan, con especial empeño en estos casos, los protocolos de consentimiento informado, de modo que las parejas afectadas conozcan, antes y después de las pruebas diagnósticas, los pros y contras, las alternativas existentes. Y a todos, a informarse sobre toda la realidad sobre las personas discapacitadas y los enormes avances que se han conseguido para su inserción social, sus posibilidades educativas y laborales, su esperanza de vida (en especial, los enfermos de Down cifrada actualmente entre los 56 y los 70 años); y sobre todo, su enorme capacidad de dar y recibir afecto.
Para más información:
Juan Manuel Molina Valdés
Prensa Asociación para la Defensa del Derecho a la Objeción de Conciencia (ANDOC)
Móvil 652491537; info@andoc.es; www.andoc.es
23 de junio de 2008
El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha anunciado recientemente su intención de poner en marcha un Programa de Cribado de Defectos Congénitos, dirigido a la detección precoz de malformaciones en el embarazo, mediante la realización de un "cribado" combinado en el primer trimestre de embarazo, junto a una ecografía morfológica correspondiente a las 20 semanas de gestación. El objetivo de ese plan es reducir al 1% la tasa de defectos congénitos no conocidos al nacimiento, que está establecida en el 3%. El hospital, además, facilitaría a los padres asesoramiento multidisciplinar y acceso a la terapia fetal en aquellos casos que sea necesario, para paliar problemas futuros en los recién nacidos.
Este programa, que venía desarrollándose, de modo experimental, en el Hospital de Valme de Sevilla, donde se han realizado en tres años más de 10.000 estudios a mujeres embarazadas, se pretende extender a 14 hospitales públicos de Andalucía.
Este "ambicioso" plan, junto con innegables aspectos positivos, aparentemente humanitario en sus intenciones, oculta un planteamiento abiertamente eugénesico de fondo. Su objetivo prioritario, se dice, es la reducción de la incidencia de malformaciones al nacimiento del 3% al 1%. Tal reducción no se debe –como cabría imaginar- al uso de terapias, sino a un proceso de detección y posterior eliminación –mediante la interrupción voluntaria del embarazo- de fetos con taras, especialmente Síndrome de Down y algunas cardiopatías congénitas. De hecho, en el caso del Down, de su diagnóstico dentro del plazo de las 20 semanas, se sigue en el 94,5 %. la decisión de abortar. Según datos del Ministerio de Sanidad, en 2006, los abortos declarados por malformaciones fetales supusieron en 2,8% del total (unos 3000).
Lee el artículo completo
Estas circunstancias se reflejan de modo clamoroso, en las estadísticas del Síndrome de Down en España: en el periodo 1986-2001, el índice de nacimientos con Sd, se mantuvo más o menos constante: 11,73 casos por cada 10.000 nacimientos; en 2002 bajó hasta el 8,2/10.000. Basta pasearse por cualquier ciudad o pueblo para constatar que los niños con Sd son un grupo en vías de extinción.
Resulta paradójico, en consecuencia, considerar una buena una política sanitaria, la de atajar la prevalencia de una enfermedad acudiendo al expediente de eliminar a los enfermos: sería una ironía tan macabra como la de poner como ejemplo de paz la paz de los cementerios.
El Programa se refiere también a la utilidad de planificar el parto ¿Vamos a planificar un parto a las 20 semanas? ¿por qué no hacerlo a las 25 cuando el diagnóstico es más fiable?: las enfermedades que puedan tener una solución quirúrgica al nacimiento, o que haya que planificar el parto en un hospital de tercer nivel, bien se pueden diagnosticar y organizar 4 semanas más tarde, si se muriesen antes de la semana 25, serian abortos tardíos espontáneos. Hay aquí un hecho que se pasa por alto frecuentemente: se afirma que el diagnóstico prenatal está indicado para descubrir (con un margen de error pequeño, aunque no despreciable –entre 98% de fiabilidad de la amniocentesis y un 50% antes de la semana 24 en ecografías- , ni exento de riesgos para madre e hijo) anomalías incompatibles con la vida; pero lo cierto es que en casi la totalidad de los casos, las enfermedades detectables son compatibles con la vida (Down, Patau, Hemofilia, fibrosis quística, etc.), aunque en su mayoría incurables. De ahí, que se "fuerce" la realización de pruebas antes de la semana 20 de embarazo, para no sobrepasar el límite de 22 semanas a partir del que el aborto es punible.
Una medida sanitaria de este tipo podría chocar frontalmente con los derechos humanos reconocidos internacionalmente a los discapacitados, por ejemplo en el artículo 10 de la Convención de la ONU (2006) sobre los derechos de las personas con discapacidad, que reafirma el derecho inherente a la vida de todos los seres humanos e insta a los Estados a adoptar todas las medidas necesarias para garantizar el goce efectivo de ese derecho por las personas con discapacidad en igualdad de condiciones con las demás.
E igualmente con la postura de colectivos que representan a los discapacitados, como el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), que califica como "discriminatorio" y "contra los derechos humanos" el supuesto que permite abortar en caso de malformación del feto, y señaló que "uno de los derechos de los discapacitados es el derecho a nacer".
Desde ANDOC (Asociación para la Defensa del Derecho a la objeción de conciencia de conciencia) queremos hacer llamamiento a la reflexión a autoridades políticas y sanitarias, a los profesionales de la sanidad y a las familias para que se busquen alternativas distintas a este tipo de prácticas eugenésicas. A los primeros para que valoren si es auténtico progreso científico arbitrar técnicas destinadas a seleccionar a seres humanos por sus características genéticas; a los profesionales para que sigan, con especial empeño en estos casos, los protocolos de consentimiento informado, de modo que las parejas afectadas conozcan, antes y después de las pruebas diagnósticas, los pros y contras, las alternativas existentes. Y a todos, a informarse sobre toda la realidad sobre las personas discapacitadas y los enormes avances que se han conseguido para su inserción social, sus posibilidades educativas y laborales, su esperanza de vida (en especial, los enfermos de Down cifrada actualmente entre los 56 y los 70 años); y sobre todo, su enorme capacidad de dar y recibir afecto.
Para más información:
Juan Manuel Molina Valdés
Prensa Asociación para la Defensa del Derecho a la Objeción de Conciencia (ANDOC)
Móvil 652491537; info@andoc.es; www.andoc.es
Comentarios
Estamos muy endurecidos...
¿Cómo es posible que "avancemos" para estudiar métodos de eliminación de vidas?
Si quieren conocer más sobre el tema, les recomiendo que lean este artículo: "http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=9965".
Muy buen trabajo, sigue así.
Saludos y adelante