No me andaré con rodeos. Hace unas fechas, se nos anunciaba, con la frialdad de la pura matemática, que desde la entrada en vigor de la ley que despenalizó el aborto, se habían provocado en España un millón de abortos. Dado el tiempo transcurrido desde esa noticia, hoy el número habrá crecido en varios cientos o miles más.
Pretendo decir a este respecto varias cosas.
En primer lugar, el aborto continúa siendo un delito tipificado en nuestro Código Penal (...) En segundo lugar, hay que reiterar el valor de la vida humana, o lo que es lo mismo, su intrínseca dignidad (...) Llegados a este punto, no puedo ya reprimir unas palabras de indignación. Me sublevo ante una sociedad que se autodestruye...
con la de Provida Valencia que me da la pista de este vídeo:
y de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida de la CEE, que acaba de publicar una Nota titulada Por una cultura de la vida:
El domingo 25 de Marzo, muchas diócesis y asociaciones celebrarán el día de la Vida. Con esta ocasión los Obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida queremos dirigirnos a todos para ofrecer unos puntos de reflexión y para manifestar nuestro apoyo y aliento a esta celebración.
1. Ante la situación actual de España
La última Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española aprobó unas Orientaciones morales ante la situación actual de España, que querían ofrecer unos criterios para el discernimiento que hoy es necesario.
En el terreno de la vida, nos encontramos en un momento preocupante de nuestra historia. Por un lado, los recientes cambios legislativos han llevado a que España tenga una de las legislaciones que menos protege la vida humana en el mundo entero. Por otro lado, desde las instituciones se promueve la promiscuidad sexual con la falsa esperanza de que el preservativo o el recurso a la “píldora del día después” permitirán una práctica “segura” del sexo. Pero al contrario de lo esperado, las enfermedades de transmisión sexual y los abortos siguen creciendo.
No menor preocupación suscitan algunos temas que aparecen recurrentemente en los medios de comunicación que pueden llegar a anestesiar las conciencias. En
particular, diversos grupos de presión y muchos medios de comunicación promueven la regulación legal del aborto libre y de la eutanasia.
Por ello, como Pastores del “Pueblo de la Vida” (Evangelium vitae, n. 78), tenemos que denunciar la extensión en nuestra sociedad de una verdadera “cultura de la
muerte”, una visión del hombre que deja sin fundamento sus derechos fundamentales y diluye en la conciencia social el valor de la vida y la dignidad
de la persona.
Nos encontramos ante un verdadero “desafío cultural”, un cambio sin precedentes en el corazón y la conciencia de nuestras familias y de la sociedad. Este desafío requiere una respuesta a distintos niveles.
POR LA VIDA: NO MATARÁS
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Pero la sangre de los inocentes grita más fuerte que todo el corchopán de las almas muertas de este mundo.