Ayer participé en la I Jornada de Hostelería, organizada por la Cátedra de Hostelería Doña Pakyta, que inicia así sus actividades. Se celebró en el Hotel Doña Pakyta****, situado en el maravilloso enclave de San José (Níjar, Almería), en la reserva natural del Cabo de Gata, colgado sobre el mar.
Me atrajo a esa Jornada un conjunto de motivos que se vio sobrepasado por el interés que tuvieron. El primero es la amistad con alguno de los organizadores; el segundo que se planteara, entre otras cosas, dar a conocer la calidad del trabajo de los profesionales de la hostelería y promocionar el prestigio social de su función; el tercero la posibilidad de saludar a uno de los ponentes, viejo compañero de correría en mis tiempos de universitario en Barcelona.
La Jornada estuvo moderada por Javier Salvador, responsable de Teleprensa, cuyo medio cubrió ampliamente todo el desarrollo.
Sólo me queda felicitar a los organizadores por plantear una perspectiva poco corriente del sector de la Hostelería, fundamental en la economía española, centrado en las personas que prestan los servicios; a los ponentes por suscitar en todo momento el máximo interés y a los dueños de Doña Pakyta por atendernos maravillosamente.
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Me atrajo a esa Jornada un conjunto de motivos que se vio sobrepasado por el interés que tuvieron. El primero es la amistad con alguno de los organizadores; el segundo que se planteara, entre otras cosas, dar a conocer la calidad del trabajo de los profesionales de la hostelería y promocionar el prestigio social de su función; el tercero la posibilidad de saludar a uno de los ponentes, viejo compañero de correría en mis tiempos de universitario en Barcelona.
La Jornada estuvo moderada por Javier Salvador, responsable de Teleprensa, cuyo medio cubrió ampliamente todo el desarrollo.
Sólo me queda felicitar a los organizadores por plantear una perspectiva poco corriente del sector de la Hostelería, fundamental en la economía española, centrado en las personas que prestan los servicios; a los ponentes por suscitar en todo momento el máximo interés y a los dueños de Doña Pakyta por atendernos maravillosamente.
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