El jueves de la semana pasada tuve mi encuentro mensual con algunos amigos, profesores de la Universidad de Granada. Esta vez las circunstancias nos obligaron a hacerlo por Google Meet.
El formato es simple: introducción de un tema por el ponente y coloquio posterior. Pese a que la casi totalidad de los profesores son de Ciencias, el amable debate se estira siempre en el tiempo y hay que cortar dejando muchas cosas interesantes en el aire.
En esta última ocasión propuse ver y debatir el documental "Morir en paz: Cuidados paliativos vs eutanasia, producido por Goya producciones y alojado en la web "Morir en paz".
Durante la proyección, tomé unas cuantas notas, que transcribo, con el fin de moderar el coloquio:
Voluntarios.
Aliviar sufrimiento. Ilusión por vivir.
Atender a los más necesitados es el verdadero progreso.
Acogida.
Sin dolor. Sin síntomas. Acompañado. Sintiéndose valioso y digno.
Poner el broche de oro a la vida.
Abordaje multi profesional, precoz: Es auténtica libertad y autonomía.
Tiempo para despedir.
Vienes a vivir, no a morir.
Dan calidad de vida.
Aliviar. Mueren en paz. Serenidad.
Pedir morir va contra la naturaleza.
Eutanasia: miedo al dolor. Es lo primero que se ofrece, se ha convertido en normal.
Soledad. Abandono. Maltrato de mayores enfermos.
Eutanasia como "acto de amor". El auténtico acto de amor es atender al enfermo.
Eutanasia vs sedación paliativa. La intencionalidad es la clave.
Presión sobre familia y profesionales.
La eutanasia es más "barata".
¿Dolor insoportable? No se puede medir.
Matar niños.
La oferta provoca demanda. Aumenta la clandestinidad.
La pendiente resbaladiza: cansancio de la vida.
Naturalmente, con doce profesores conectados, la mayoría catedráticos, el coloquio cogió vuelo y descendió a lo concreto con facilidad y fluidez, y hubo que dejarlo para ser retomado cuando se pueda hacer presencialmente con unas cervezas. Esperemos que antes de que la ley de eutanasia se apruebe en España, que no debería aprobarse nunca.
Conclusiones sobre cuidados paliativos y eutanasia
El lunes pasado, el profesor González Barón me hizo llegar un resumen del "Taller número 5 sobre Eutanasia y Cuidados Paliativos", del 22 Congreso de Católicos y Vida Pública celebrado en Madrid los días 13 al 15 de Noviembre, organizado por la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, en la Universidad San Pablo CEU de Madrid.
Las conclusiones del taller son las siguientes:
1.- Se entiende por eutanasia la provocación intencionada de la muerte de una persona que padece una enfermedad grave, irreversible o terminal, a petición expresa de ésta, y en un contexto médico.
Se entiende por suicidio médicamente asistido la ayuda médica para la realización de un suicidio, ante la solicitud de un enfermo, proporcionándole los fármacos necesarios para que él mismo se los administre.
2.- La diferencia entre sedación paliativa y eutanasia viene determinada por la intención, el procedimiento y el resultado.
La eutanasia utiliza dosis letales de fármacos con el único fin de acabar deliberadamente con la vida de los pacientes para acabar con el sufrimiento de los mismos.
La sedación paliativa es una práctica científica y éticamente correcta, empleada en pacientes con síntomas refractarios a los recursos terapéuticos disponibles, en ocasiones en situaciones de grave sufrimiento en fase terminal, que utiliza fármacos a las dosis mínimas necesarias para disminuir la consciencia de los pacientes con el fin de evitar el sufrimiento y obtener el bienestar de los mismos.
3.- La Eutanasia y el Suicidio asistido no son actos médicos “sensu stricto” al atentar contra el respeto a la vida y a la dignidad de la persona, atributos que pertenecen al mínimo ético que define el núcleo de la profesión médica.
4.- No existen variantes éticas de eutanasia ni del suicidio asistido, ambas prácticas son contrarias a la deontología médica desde que se tiene conocimiento de la existencia de la profesión, hecho así declarado en el Juramento Hipocrático o en las respectivas Declaraciones de la Asociación Médica Mundial.
De igual modo, existe obligación de respetar el derecho de los pacientes a rechazar el tratamiento y resulta contrario a la deontología médica prolongar de modo innecesario la agonía de los mismos.
5.- Ni la eutanasia ni el auxilio al suicidio son signos de progreso, sino un retroceso de la sociedad al desproteger el valor de la vida humana. Se considera que el auténtico progreso reside en prestar una atención integral a los pacientes y a sus familiares, aliviar el sufrimiento de los mismos y proporcionar una atención emocional y espiritual en la última etapa de la vida.
6.- Los Cuidados Paliativos constituyen un campo de conocimiento y habilidades destinadas a prestar una atención sanitaria integral de calidad, en la que exista un apoyo social, emocional y espiritual a los pacientes y sus familiares acorde con sus valores y necesidades.
7.- Los Cuidados Paliativos deberían formar parte de modo inexcusable del contenido docente del Grado en Medicina y Cirugía, y en el ámbito profesional constituir un Área de Capacitación Específica, rampa de salida hacia una futura Especialidad médica a corto plazo.
8- En nuestro país existe una necesidad imperiosa de promulgar una Ley Integral de Cuidados Paliativos que garantice el derecho universal a estos cuidados a través de una dotación de recursos humanos y estructurales apropiados tanto a los pacientes como a sus familiares, especialmente a personas que presenten deterioro cognitivo o discapacidad.
9- La existencia de una Ley de eutanasia y suicidio asistido como política sanitaria sin que exista una Ley Integral de Cuidados Paliativos que asegure el acceso universal a los mismos, empujará inevitablemente a la muerte de los más vulnerables, representando una auténtica coacción moral para los más susceptibles.
Ante la eutanasia y el suicidio asistido el médico tiene el derecho a la objeción de conciencia, por coherencia con sus convicciones éticas morales o religiosas.
10.- La eutanasia y el suicidio asistido eliminan a las personas que sufren. Los Cuidados Paliativos eliminan el sufrimiento de las personas. Defendamos la existencia de unos Cuidados Paliativos universales y así defenderemos la vida de los pacientes, en particular de los más vulnerables, y en general, de toda la sociedad.
Especialización en cuidados paliativos
Como dato curioso, el martes, el profesor encargado de la parte telemática del encuentro me reenvió un correo que acababa de recibir de la Universidad de Stanford con el siguiente asunto: New Specialization: Palliative Care Always.
Al margen de las consideraciones que se puedan hacer sobre la eficacia de los algoritmos de Google, me ha interesado el "elevator pitch" con el que presentan la nueva especialización:
Palliative care is one of the fastest growing fields of healthcare in the United States. To help meet the need for practitioners trained in palliative care, the Stanford School of Medicine has created a new specialization, Palliative Care Always. The courses will equip you with the tools you need to advance your career and help people with serious illness live as well as they can, for as long as they can. You will develop skills in symptom management, goals of care, and effective
communication.
Los cuidados paliativos están creciendo deprisa en Estados Unidos y hacen falta profesionales preparados. Esta preparación permitirá ayudar a personas con graves enfermedades a vivir más y mejor dentro de lo posible, mediante los tratamientos, cuidados y acompañamientos adecuados.
D. Luis de Moya
No quiero acabar esta entrada sin hacer una referencia a D. Luis de Moya, sacerdote recientemente fallecido después de muchos años como tetrapléjico. En su momento, fue el contrapeso de la campaña pro eutanasia orquestada alrededor del caso de Ramón Sampedro y la película "Mar adentro".
Recomiendo revisar dos vídeo-entrevistas a D. Luis, "El coraje de vivir" y el de "Testigos del dolor", cuyo trailer pongo a continuación. Hay formas mucho mejores, más acordes con la dignidad humana, y hay que ponerlas sobre la mesa para convertirlas en el primer planteamiento, en "lo normal", si queremos subsistir como civilización, como sociedad y como individuos pertenecientes a la raza humana.
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