Ir al contenido principal

Una telebasura menos

Otro motivo de actualidad un poco pasada -y de satisfacción-, es la desaparición de la parrilla de televisión de un programa de telebasura, cosa que ha generado un interesante río de tinta. Por ejemplo:

Periodistas contra la telebasura. ABC, Editorial, 3-2-2008

La libertad de información es un elemento sustancial de la sociedad abierta y de su reflejo político, es decir, el Estado democrático de Derecho. Sin embargo, la dignidad de la persona y el respeto que una sociedad se debe a sí misma constituyen un límite infranqueable para los oportunistas que buscan hacer negocio a costa de los derechos y libertades de todos. Desde este punto de vista, hay que congratularse de que una televisión privada haya tomado la decisión empresarial de poner fin a un conocido programa de fácil olvido que llevó la «telebasura» a su nivel más ínfimo. Es lamentable que individuos sin escrúpulos pretendan ahora convertirse en adalides de la libertad de expresión. Una cosa es la «prensa del corazón» y otra muy distinta el ataque sistemático a la intimidad de las personas, incluidas sus circunstancias físicas, y la falta de respeto a los principios básicos de la convivencia en una sociedad civilizada.

Por fortuna, el público va dando la espalda a esta clase de sucedáneos del reporterismo que manchan el buen nombre de la profesión periodística y suscitan el rechazo de cualquier ciudadano de buena fe. No obstante, la sociedad española debería reflexionar en profundidad sobre la necesidad perentoria de reforzar la pautas educativas y culturales en lugar del morbo y la zafiedad despiadada. Cuando un programa televisivo de esta clase puede permanecer en pantalla durante años y contar con un apreciable nivel de audiencia, es que algo falla en la mentalidad colectiva. Junto a la sociedad, es la propia profesión periodística la que debe meditar sobre la procedencia de crear mecanismos útiles para impedir que la sociedad llegue a confundir el ejercicio de una actividad responsable y rigurosa con aquellas otras que, parapetadas bajo el escudo de una abusiva concepción de la libertad de expresión, utilizan la palabra y la imagen como un arma punzante para trivializar de modo ofensivo, y con una agresividad innecesaria, la vida de los demás, con o sin su consentimiento, porque eso es lo de menos.

El plebeyismo, la grosería y la manipulación sistemática, como pilares en los que se basan muchos de estos programas -más del «hígado» que del «corazón»- no están amparados por ningún código moral. A pesar del carácter preferente de la libertad de expresión, es indudable que también el ordenamiento jurídico impone límites a quienes atentan contra el honor, la intimidad y la imagen de las personas. Desde una perspectiva empresarial, los medios de comunicación saben de sobra que un éxito transitorio, por lucrativo que sea, no compensa la pérdida de prestigio que conlleva la ausencia de valores. La indiferencia es el peor castigo que puede imponer esta sociedad mediática. No tiene ningún sentido lamentar la caída de audiencias de la «telebasura» porque, a la larga, sus promotores son derrotados por su propia incapacidad para ejercer de forma honorable la hermosa profesión que consiste en contar cosas de forma veraz y sin burdas manipulaciones.

Comentarios

Populares

San Pablo en Atenas

San Pablo en el Areópago Rafael Sanzio  (1515-1516 )   Londres, Victoria & Albert Museum He releído recientemente el discurso de San Pablo en el Areópago de Atenas * y me ha fascinado su actualidad: es un ejemplo plenamente útil para la comunicación de la fe en el Occidente contemporáneo. Atenas Atenas. Año 52 d.C. 16 o 19 años después de la muerte y resurrección de Cristo. Algo así como si estos hechos fundamentales hubieran ocurrido en 2000 y Pablo llegase a Atenas hoy. En realidad, menos tiempo, porque entonces todo iba mucho más despacio que ahora, y 17 años entonces eran un ayer. Atenas era una ciudad en decadencia . Aún conservaba el aura de capital cultural del Mundo; pero el centro de poder y cultura se había desplazado hacia el oeste, a Roma. Un ejemplo con todas sus limitaciones, como si habláramos hoy de París y Nueva York. En Atenas se mezcla un materialismo desencantado y un sincretismo religioso que resulta en un relativismo muy parecido al de hoy día e

Aquí no hay quien viva

Así está la cosa, y lo que nos espera, porque parece ser que la Universidad Carlos III ha encargado a los guionistas de este engendro el manual de " Educación para la Ciudadanía "... Mofa de la Iglesia, apología del aborto y elogio del homomonio J.A Osca. Aquí no hay quien viva Cadena televisión: Antena 3 Hora de emisión: 22:00 Fecha emisión: 11/05/2006 Los dos últimos capítulos emitidos por Antena 3 de la serie “Aquí no hay quien viva” constituyeron un catálogo perfecto del pensamiento e ideología que pretenden imponernos en España desde el sector de la progresía más rancia y ultramontana. En una de las tramas, una de las dos lesbianas de la serie decide tener un niño, pero como necesita semen, se va con su otra amiga lesbiana al ‘banco de semen’ de la primera planta, donde viven dos gays porque “entre gays y lesbianas, el tráfico de espermatozoides es lo más normal del mundo”. De los dos, Fernando es el elegido (porque el otro, Mauri, ya prestó el suyo en otra ocasión) y le

Navidad 2023

 Llega la Navidad y llega la polémica. Ya dice el villancico que Dios bajó a la tierra "para padecer". Cada año se reproducen los que no soportan este tiempo navideño, los que felicitan "las fiestas" como si se dieran sentido a sí mismas, los neopaganos del solsticio de invierno, las saturnales, etc. -con menos sentido sobrenatural que los paganos originales-, los del fin del otoño, los de "santaclaus"... Están los que contraponen con buena intención y cierta lógica, las guerras, los asesinatos, los terremotos, los accicedentes, etc., a los deseos de paz, el reencuentro familiar y las buenas noticias, un poco ingenuamente.  Están esos vídeos "navideños" tan celebrados ( virales se dice ahora), en los que la Navidad propiamente dicha, el nacimiento del Niño Dios en Belén, brilla por su ausencia tanto como sí brilla la calidad artística, como el tradicional de Campofrío , de la Lotería , o el de este año de Suchard . Así que he decidido vengarme y