Robert P. George, catedrático de Jurisprudencia en la Universidad de Princeton y miembro del Consejo de Bioética del presidente de los Estados Unidos, verifica en un artículo de opinión publicado el pasado 13 de abril de 2007 en LA GACETA, Seis verdades innegables, que las células embrionarias han mostrado hasta ahora una total ineficacia.
Por el contrario, dice George en el mismo artículo, “existen más de 1.200 ensayos clínicos con células madre derivadas de tejido adulto” que han obtenido resultados. Además, entre otras cuestiones, el experto constata que existe un reconocimiento generalizado del “estatus moral propio del embrión humano”.
Las “seis verdades innegables” de Robert P. George son:
1. La experimentación con células madre embrionarias no se encuentra prohibida en los Estados Unidos.
2. Estamos muy lejos de encontrar terapias efectivas a partir de células madre embrionarias.
3. Se reconoce un status moral propio al embrión humano.
4. Hay otras alternativas que vale la pena explorar.
5. Los cuestionamientos a la destrucción de embriones no obedecen únicamente a convicciones religiosas.
6. Salvar vidas humanas es el principal motivo de quienes investigan con células madre, pero no el único.
George concluye en su artículo que “la experimentación destructiva de embriones no puede ser justificada moralmente, incluso si fuera verdaderamente efectiva para encontrar curas a terribles enfermedades”.
Por el contrario, dice George en el mismo artículo, “existen más de 1.200 ensayos clínicos con células madre derivadas de tejido adulto” que han obtenido resultados. Además, entre otras cuestiones, el experto constata que existe un reconocimiento generalizado del “estatus moral propio del embrión humano”.
Las “seis verdades innegables” de Robert P. George son:
1. La experimentación con células madre embrionarias no se encuentra prohibida en los Estados Unidos.
2. Estamos muy lejos de encontrar terapias efectivas a partir de células madre embrionarias.
3. Se reconoce un status moral propio al embrión humano.
4. Hay otras alternativas que vale la pena explorar.
5. Los cuestionamientos a la destrucción de embriones no obedecen únicamente a convicciones religiosas.
6. Salvar vidas humanas es el principal motivo de quienes investigan con células madre, pero no el único.
George concluye en su artículo que “la experimentación destructiva de embriones no puede ser justificada moralmente, incluso si fuera verdaderamente efectiva para encontrar curas a terribles enfermedades”.
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