No lo puedo remediar, me subleva la manipulación que hacen la política y los medios de comunicación con todo, muy especialmente con la educación.
Hoy tengo la desgracia de toparme con un reportaje de El País que recoge un "vamos a llamarlo informe" de Save The Children.
El titular ya es tendencioso: "España, a la cabeza en desigualdad entre colegios públicos y concertados".
La táctica de la confrontación
Primera falacia, previa a lo demás: comparar escuela pública y concertada como si fueran antagonistas, cuando son dos piezas preciosas de nuestro sistema educativo, que deben trabajar coordinando esfuerzos. Un país con abundantes iniciativas sociales educativas es mucho más rico que otro sin ellas, y permite al Estado dirigir recursos y atención a otros problemas.
La segunda falacia es hablar de desigualdad como si esta fuera una discriminación. ¿Qué problema hay en que haya diferencias socioeconómicas entre escuelas? Es lo lógico si pensamos que cada escuela recibe a los alumnos de su entorno geográfico, que es donde se dan estas diferencias socioeconómicas, y que esto ocurre también si se comparan escuelas públicas -o concertadas- entre sí, en función del área geográfica: por ejemplo, las diferencias que existen entre las escuelas urbanas y las rurales.
Además, parte de la culpa es de la ley, al limitar el acceso de los alumnos a las escuelas de su zona de residencia, impidiendo, por ejemplo, que alumnos de zonas desfavorecidas puedan acudir a escuelas de otras zonas de mayor nivel socioeconómico.
En todo el artículo se respira la premisa "políticamente correcta" de que la educación fetén es la de iniciativa estatatal -mal llamada "pública", porque toda la educación, TODA, es un servicio público-, y que debería ser la única en existir. Yo parto de la premisa de que una escuela de iniciativa social, tanto concertada como privada, es absolutamente necesaria para que haya libertad efectiva de enseñanza y de elección y erección de centros, y se respete y facilite así el derecho-deber de los padres a la educación de sus hijos.
A vueltas con las cuotas
Y vamos con el objetivo principal de la campaña de acoso y derribo de la libertad de enseñanza en este momento, por parte de un Estado totalizante y sus medios alineados: el cobro de cuotas por parte de los colegios concertados.
El "informe" de Save The Children, titulado "Por una escuela concertada inclusiva", concluye que el factor principal que explica lo que para ellos es "segregación" socioeconómica -ya saben, para el pensamiento "woke" toda diferencia es una segregación, en el sentido de discriminación"-, en España es el cobro de cuotas por parte de los centros concertados, que actúa de barrera de acceso para el alumnado de familias vulnerables".
Curiosamente, STC transmite la sensación de que la escuela concertada es el problema y, sin embargo, al hablar de soluciones, apunta al verdadero culpable: el Estado, al proponer entre las medidas "una financiación mejorada" que permita una "gratuidad real".
Porque los dos factores principales de que haya una cierta brecha socioeconómica entre los alumnos de escuelas concertadas y públicas -que, insisto, no es un problema per se- son culpa del Estado: la zonificación y la infrafinanciación de los conciertos económicos.
Y sí, para que la enseñanza sea universal y gratuita, el Estado está obligado a destinar recursos a TODAS las escuelas, concertadas y públicas, en pie de igualdad, porque esos recursos salen de los impuestos de TODOS los ciudadanos, elijan luego el modelo de enseñanza que elijan.
Estoy cansado de decirlo; pero lo digo de nuevo: el que lleva sus hijos a una escuela concertada -o a una privada porque el Estado no quiera concertarla-, tiene tanto derecho a que sea gratuita como todos los demás, puesto que ya paga esas plazas con sus impuestos: no se le puede obligar a pagarla dos veces, esto sí es discriminación.
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Foto: atarifa CC
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