Para editar esta entrada, nada mejor que escuchar mi pequeña -pero selecta-, lista de spotify Chains: estáis invitados.
Y ahora al lío.
Leí que la «Cultura de la cancelación» es el fenómeno social mediante el cual se va implantando progresivamente un pensamiento único, silenciando cualquier discrepancia. Agradezco esta definición, porque no acertaba a dar una que me convenciera.
El fenómeno social mediante el cual se va implantando progresivamente un pensamiento único, silenciando cualquier discrepancia.
— InfoCatólica (@InfoCatolica) November 24, 2022
La Cultura de la Cancelación
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¿Está occidente en crisis?
Contestar esta pregunta fue el reto que me propuso mi amigo Alejandro, para participar en su tertulia de amigos en la Qarmita, un local inclasificable de Granada, mitad bar, mitad biblioteca.
Si tenemos en cuenta que Spengler publicó La decadencia de Occidenteen 1918, podemos asegurar que la cuestión viene de antiguo, y que Occidente tiene, en su caso, una mala salud de hierro. Spengler revisó este volumen en 1922 y publicó, además, el segundo volumen, titulado Perspectivas de la historia mundial, en 1923.
Emil Cioran publicó en 1940 El ocaso del pensamiento. Cioran era un pesimista de libro; aunque la Segunda Guerra Mundial pareciera que le daba toda la razón. Y sin embargo, como el dinosaurio de Monterroso, Occidente sigue aquí.
Emil Cioran publicó en 1940 El ocaso del pensamiento. Cioran era un pesimista de libro; aunque la Segunda Guerra Mundial pareciera que le daba toda la razón. Y sin embargo, como el dinosaurio de Monterroso, Occidente sigue aquí.
El recientemente fallecido Benedicto XVI pasará a la Historia, entre otras cosas, como el gran adalid de la razón, eso que nos hace genuinamente humanos y que hay que rescatar y sanar como base común para una vida dignamente humana, que incluye la fe religiosa, porque la necesita.
Decadencia de una civilización, ocaso del pensamiento, enfermedad de la razón, y yo mismo no me siento nada bien, que diría Woody Allen. Los síntomas y las patologías son aterradoramente evidentes; pero se les llama, progreso, salud, derechos y libertad. Y esta última es, a mi entender, lo peor de la enfermedad.
La verdad os hará libres vs la libertad nos hará verdaderos
Para mí, esta es la gran cuestión cultural -dicho en sentido amplio y omnicomprensivo- clave. Son como los dos lados de «la fuerza». ¿Tú de qué lado estás? ¿De la libertad como don, o de la libertad como conquista?
Estado
Una de las concreciones más relevantes para la vida de los hombres de «la gran disyuntiva» es el Estado. El Estado comno garante de la libertad recibida o como motor de la libertad conquistada. La batalla entre estas dos visiones de la libertad tiene un frente muy principal en el principio de subsidiariedad, según el cual, el Estado es subsidiario de la iniciativa personal, familiar, social, etc., o viceversa.
Sobre este principio fundamental he escrito ya, especialmente en una entrada dedicada específicamente a esta cuestión: «Principio de subsidiariedad».
Sobre la «cultura de la cancelación», sus mecanismos, sus componentes, sus consecuencias y cómo resistirla también he escrito. Recomiendo, y mucho; aunque sea mía, la entrada en este mismo blog «La Cultura de la cancelación».
Hace unos meses hablé por primera vez sobre la «cultura de la cancelación», fue en un foro de sacerdotes granadinos coordinado por un sacerdote amigo mío. Estábamos investigando y pensando al mismo tiempo sobre este asunto, y yo había empezado a sistematizar mis lecturas y razonamientos. Esta conferencia fue grabada entonces y editada algún tiempo después. Advierto que es larga (39' 18'') y un tanto deslavazada; pero se puede escuchar mientras se saca brillo a los zapatos, por ejemplo.
Mucho más breve y llevadera es la serena y un tanto pesimista reflexión de mi tocayo Boadella:
Conclusión provisional
Occidente está grave, muy grave, gravísimo. La destrucción de la familia, el desprecio de la vida (inicial, terminal, enferma), la deconstrucción del ser humano..., son patologías mortales: el sistema inmunológico se ha convertido en un cáncer agresivo e implacable.
Pero Occidente tiene recursos, es una civilización robusta, fundamentada sobre roca. Soy optimista, sobrevivirá, seguirá fecundando el mundo... Si Dios quiere..., y le ayudamos todo lo que podemos.
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