Siempre he admirado el modo de escribir de Andrés Trapiello ; aunque no siempre lo que escribe. Sin embargo, su artículo Dejen en paz al lobo , en el Magazine del 6 de febrero de 2011, aúna las dos cosas: forma y contenido impecables, a mi muy personal juicio, claro. No hay semana en la que no se haya producido en alguna parte del mundo un terremoto, un tsunami, unas inundaciones, un incendio, el hundimiento de una mina, una rotura de presa, una revuelta, una guerra civil u otras muchísimas desgracias, naturales o no, que no sean presentadas como "la mayor de la historia", "la mayor de los últimos cincuenta años", "la más grave del 1as habidas en ese país", "la que se ha cobrado más vidas, como sí la noticia no fuera suficientemente importante de no llevar implícita una plusmarca, computable en muertos, hogares destruidos, hectáreas arrasadas o cualquier otra medida. Incluso la meteorología, de menor trascendencia, por no hablar del fútbol o la lot...