Este artículo lo escribió Joan Valls en Debate21 el 23 de enero, mes y medio antes del asesinato de Isaías Carrasco y de las elecciones generales: impactante.
La ETA frente al 9M
A medida que nos acercamos al 9M, resulta inevitable preguntarnos cuál será la estrategia de la banda terrorista ETA durante la campaña electoral. La ilegalización a cámara lenta de ANV y PCTV y un cierto acoso policial en el ámbito del terrorismo callejero han ido acompañados de la condena simbólica a Atutxa. El desgobierno de Rodríguez, apoyado en una justicia con poca credibilidad, intenta recuperar el prestigio perdido a lo largo de cuatro años de desprecios a las víctimas del terrorismo nacional socialista vasco.
El pronóstico sobre la estrategia terrorista es siempre un campo complicado y desagradable. Hablamos de asesinatos premeditados, en el que las connivencias son, a menudo, previsibles. No obstante, tratar de anticipar el tipo de atentado puede ayudar a salvar vidas, y ése es el propósito de este artículo.
¿Le interesa al terrorismo vasco un cambio de Gobierno? La lógica dicta que no. A pesar de la escenificación en el último año de ruptura de negociaciones, la ETA encontró en este desgobierno un respiro con el que ni tan siquiera soñaba en pleno acoso del ejecutivo de Aznar. Es muy posible que nos encontremos en un paréntesis cuyo cierre se pondrá el 10 de marzo. A partir de ahí, los hombres de paz resurgirán. Pero, para ello, es imprescindible que el PP no recupere el gobierno.
¿Qué parte del guión nos espera en estas últimas seis semanas? Si a la ETA le interesa prolongar el desgobierno surgido del 11M, habría que temer su irrupción en la campaña electoral con un atentado contra políticos. No se trataría de un atentado indiscriminado al estilo de la T4, sino del asesinato de un miembro del partido socialista. Eso, siguiendo el paradigma terrorista, presentaría al PSOE como enemigo declarado de la banda y eliminaría de la retina de los votantes la idea de que Rodríguez ha estado dialogando con los asesinos durante parte de la legislatura. Hablamos de lógica terrorista pura y dura, por lo que los parámetros de la civilización no tienen validez en la estrategia.
La ilegalización de las presuntas marcas terroristas podría tener como respuesta el asesinato de un político socialista que no goce de protección. En la lógica terrorista, equivaldría a la acción y la reacción vendría poco después en forma de apoyo electoral al PSOE. Por ello, y dado que nos encontramos a las puertas de una Generales decisivas para los terroristas, es imprescindible que todos los políticos españoles extremen las medidas de seguridad.
La ETA frente al 9M
A medida que nos acercamos al 9M, resulta inevitable preguntarnos cuál será la estrategia de la banda terrorista ETA durante la campaña electoral. La ilegalización a cámara lenta de ANV y PCTV y un cierto acoso policial en el ámbito del terrorismo callejero han ido acompañados de la condena simbólica a Atutxa. El desgobierno de Rodríguez, apoyado en una justicia con poca credibilidad, intenta recuperar el prestigio perdido a lo largo de cuatro años de desprecios a las víctimas del terrorismo nacional socialista vasco.
El pronóstico sobre la estrategia terrorista es siempre un campo complicado y desagradable. Hablamos de asesinatos premeditados, en el que las connivencias son, a menudo, previsibles. No obstante, tratar de anticipar el tipo de atentado puede ayudar a salvar vidas, y ése es el propósito de este artículo.
¿Le interesa al terrorismo vasco un cambio de Gobierno? La lógica dicta que no. A pesar de la escenificación en el último año de ruptura de negociaciones, la ETA encontró en este desgobierno un respiro con el que ni tan siquiera soñaba en pleno acoso del ejecutivo de Aznar. Es muy posible que nos encontremos en un paréntesis cuyo cierre se pondrá el 10 de marzo. A partir de ahí, los hombres de paz resurgirán. Pero, para ello, es imprescindible que el PP no recupere el gobierno.
¿Qué parte del guión nos espera en estas últimas seis semanas? Si a la ETA le interesa prolongar el desgobierno surgido del 11M, habría que temer su irrupción en la campaña electoral con un atentado contra políticos. No se trataría de un atentado indiscriminado al estilo de la T4, sino del asesinato de un miembro del partido socialista. Eso, siguiendo el paradigma terrorista, presentaría al PSOE como enemigo declarado de la banda y eliminaría de la retina de los votantes la idea de que Rodríguez ha estado dialogando con los asesinos durante parte de la legislatura. Hablamos de lógica terrorista pura y dura, por lo que los parámetros de la civilización no tienen validez en la estrategia.
La ilegalización de las presuntas marcas terroristas podría tener como respuesta el asesinato de un político socialista que no goce de protección. En la lógica terrorista, equivaldría a la acción y la reacción vendría poco después en forma de apoyo electoral al PSOE. Por ello, y dado que nos encontramos a las puertas de una Generales decisivas para los terroristas, es imprescindible que todos los políticos españoles extremen las medidas de seguridad.
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