Otro año pobre en número de libros, 9, lejos de mi objetivo de 12 al año, y eso que 4 de los leídos son «cortos» (menos de 200 páginas), con lo que 2024 arroja un esmirriado total de 2.440 páginas librescas.
Los motivos de esta escasez son varios y tediosos, así que paso a comentrar los que sí he leído, como siempre, un batiburrillo sin más guía que la de mis gustos y mi biblioteca.
Sobre periodismo y comunismo
Empiezo con una lectura que podríamos llamar «profesional», porque trata de las memorias de un periodista, Ricardo Estarriol, que destaca por haber sido reportero incrustado en el bloque soviético, testigo de la guerra fría desde el otro lado del «Muro» y de la caída de ese muro que dividió a Europa desde el final de la II Guerra Mundial hasta 1989. En «Un corresponsal en el frío. Memorias de 40 años entre España y el Este de Europa» (Ricardo Estarriol. España. Rialp. 524 págs.), Estarriol cuenta, además, la política del Vaticano, y muy especialmente la actividad de San Juan Pablo II, en los países «del Este», y el desarrollo de la labor del Opus Dei en esos países.Este libro me animó a leer otro que tenía en mi estantería de lecturas próximas: «La Atlántida roja. El fin del comunismo en Europa» (Luigi Geminazzi. Italia. Rialp. 220 págs. Prólogo de Lech Walesa). Geminazzi es también periodista y también ha reportado sobre la Europa soviética; aunque en esta obra, más breve, cuenta exclusivamente la caída del «Telón de Acero», como testigo privilegiado, con más claridad y orden que la anterior.
Cultura europea
En el capítulo dedicado a libros que debería leer un europeo culto, he apuntado dos obras: una breve, «Carta al Duque de Norfolk» (John Henry Newman. Inglaterra. Rialp. 114 págs.), y una novela más larga, muy divertida, «La tesis de Nancy» (Ramón J. Sender. España. Editorial Magisterio Español. 321 págs.). Una defensa de la fe católica y un juego de contrastes entre lo español más castizo y lo norteamericano más desprejuizado.
Arte contemporaneo
Me ha costado terminar «¿Qué estás mirando? 150 años de arte moderno en un abrir y cerrar de ojos» (Will Gompertz. Inglaterra. Tau Rus. 480 págs.), tanto como lo he disfrutado. Imprescindible si quieres entender el arte de nuestros días y disfrutar, como he podido hacer este verano, del Museo Guggenheim de Bilbao, no solo del edificio, sino también, y aún más, de sus exposiciones. La obra de Gumpertz, sobre la que ya escribí AQUÍ, está a la altura de la de Gombrich, y me ha llevado a intercalar «Cartas sobre Cézanne» (Rainer Maria Rilke. Chequia. Rialp.135 págs. Prefacio y traducción de David Cerdá), una lección de sensibilidad para aprender a mirar el arte con los dos ojos.Cajón de sastre
Los tres que quedan son de tamas tan variados que los agrupo en este apartado final. El más curioso es «Los Bad Boys de la NBA» (José Manuel Puertas. España. Ediciones JC. 286 págs.). Estuve en la presentación del libro en Granada, había jugado al baloncesto con todos los de la mesa -incluido el autor- y varios de los asistentes, y no me pude resistir. El título lo dice todo.
No podía faltar un libro de lectura espiritual, «La segunda conversión. En el camino de Emaús» (Damián Fernandez Pedemonte. Argentina. Rialp. 170 págs.), en el que «el camino de Emaús» es poco más que una excusa. Solo uno, porque he dedicado el tiempo otorgado a esta lectura a textos sueltos.
Por último, una muesca más en mi especialización sobre la dictadura woke -porque si quieres vencer a tu enemigo, debes conocerlo-: «De mayo del 68 a la cultura woke» (Pablo Pérez López. España. Palabra. 190 págs.). Me ha decepcionado un poco; aunque explica bien los orígenes de lo que hoy padecemos bajo distintos nombres (cancelación, «justicia social», corrección política, ideología de género...) e, insospechadamente, cuenta unos interesantes entresijos de un momento crítico del gobierno De Gaulle.
Dos libros de cartas, unas memorias, una novela, una lectura espiritual y cuatro ensayos. Sí queda clara mi apuesta preferente por el género sesudo, un resultado no buscado que, no obstante, puede que siga reinando en 2025, a juzgar por lo que guarda mi estantería de libros para leer.
Y vosotros, ¿qué habéis leído en 2024?
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