Ayer por la mañana abrí la página web del Opus Dei y me di de bruces con esta foto de portada. Ignoro el motivo; pero esta vez la miré con más atención de la habitual. Quizá me atrajo la mirada de perfecta felicidad de la joven que ocupa el primer plano; una felicidad que parece confirmar lo que casi todos los que se dedican al voluntariado con personas necesitadas aseguran: que es mucho más lo que reciben que lo que dan.
¿Qué reciben? La niña de la derecha -la de azul marino- da la sensación de ser despreocupadamente feliz junto a su "gran nueva amiga"; con ella todo está bien, todo es como debe ser, parece decir con esa sonrisa y esa mirada a la cámara.
Pero son las dos niñas del centro abajo las que más me han hecho pensar: se abrazan a la presunta voluntaria como a su tesoro más preciado, su bien más querido. De hecho, me impresiona la mirada desafiante de la niña de rosa; parece advertir, con total determinación: es mía, y nadie me separará de ella jamás; intentadlo si os atrevéis.
Así es la infancia, así es mucha de la juventud; por eso me ha golpeado el contraste de este primer plano con el segundo. Observad la seriedad de las mujeres que forman el fondo de la fotografía, probablemente las madres de las niñas, su gesto de escepticismo. Parecen mirar la escena de vuelta de muchas cosas, castigadas por una realidad que ha congelado sus ilusiones pasadas, que recuerdan con desengañada añoranza contemplando las frescas ganas de vivir de sus retoños. Pobres hijas de pobres inditas, no podréis escapar al cruel destino que os aguarda implacable. Disfrutad mientras podáis; pero no demasiado, para que cuando llegue el desengaño no os destruya.
Es muy importante atender a la infancia atosigada para que no se pierda; pero es muy importante también ayudar a que, al madurar, las personas adquieran conciencia de su dignidad y grandeza, de modo que que esas vidas rescatadas de la pobreza o la violencia con tanto esfuerzo no se marchiten.
Nota del autor: Pido disculpas por tomar prestada la fotografía. Cito la fuente; pero no el autor, cuyo nombre ignoro.
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