Lo prometido es deuda (sobre todo si hay ganas de pagar esa deuda). Apuntar los libros que se leen permite sacar conclusiones, probablemente inútiles; pero curiosas; especialmente a lectores caóticos, como yo: en 2015 he leído:
12 libros (1 al mes -fácil sacar la media-)
3.661 páginas
Novelas: 5
Biografías: 2
Ensayos: 5
Juan Martín el Empecinado, Benito Pérez Galdós (Espasa, edición a cargo de JA Vaca de Osma). Con este he aprendido mucho sobre los guerrilleros de la Guerra de la Independencia.
Antonio Fontán. Un héroe de la libertad, Agustín López Kindler (Rialp). Un personaje tan grande que acompleja un poco, o un mucho; pero que estimula en muchas facetas que, humildemente, mantengo en común con él. La bibliografía de un Maestro para quien esté aún abierto a aprender cosas bellas y grandes.
Dios te salve, Reina y Madre, Scott Hahn (Rialp). Una delicia, como todos sus libros; rigor y amenidad en perfecta simbiosis.
Los caminos de la literatura, Luis Alberto de Cuenca (Rialp). ¡Ah! ¿Por qué no me dedicaría yo a las Letras desde el principio? Envidia me da mi medio tocayo.
Réquiem por Nagasaki, Paul Glynn (¿?) La vida del Dr. Takashi Nagai. Sencillamente impresionante. Una lectura imprescindible sobre el holocausto nuclear de Nagasaki y las altas cotas de santidad -sí, santidad- que puede alcanzar una persona corriente.
El Círculo, Dave Eggers (Random House). Quizá la mejor lectura del año, si le quitamos unas estúpidas e inútiles escenitas. Distopía de verdad. Imagínense que Google lo controla todo, todo, todo, con el deseo buenista de hacernos felices y, por consiguiente, logrando hacernos desgraciado -y encima será culpa nuestra-.
Mi planta de Naranja-lima, José Mauro de Vasconcelos (El Ateneo). ¿Cómo he tardado tanto en leerlo? Pura poesía de arrabal. Belleza impactante. Bondad y miseria con la fuerza de la palabra insobornable.
Los escenarios de la Nueva Evangelización, VVAA (Rialp, edición de Álvaro Granados). Manual de cabecera para cualquiera que pretenda -como yo- cambiar el Mundo y organizarlo más conforme con la radical dignidad del Hombre, creado a imagen y semejanza de Dios.
Prim. El asesinato de la calle del Turco, Nacho Faerna (Espasa). Otra deliciosa lectura, otra lección de una época histórica que se me confunde en brumas decimonónicas. La Historia Madre y Maestra. Una crisis y un asesinato que, de aquellos polvos, trajeron estos lodos. Rabiosamente actual.
Vida cotidiana y santidad en la enseñanza de san Josemaría, tomo I, Ernst Burkhart y Javier López (Rialp). Una revolución silenciosa y profunda del mundo católico, explicada con profundidad de manual. La misión de los laicos en la Iglesia y la sociedad. Está pasando. Está fecundando la Tierra. No ha hecho más que comenzar.
La Guerra de los Cien Años, Philippe Contamine (Rialp). Cuando los Estados eran Coronas, las disputas podían llegar a durar cien años o más. Pero causaban muchos menos muertos que cuando las Coronas han pasado a ser Estados. ¡Cuidado!
Morir bajo tu cielo, Juan Manuel de Prada (Espasa). Podría haber llegado a ser un "novelón" fundacional de la Historia patria; pero se queda en una excusa -de un montón de página- para desarrollar unas cuantas tesis del autor y un ejercicio de estilo, no siempre logrado. Personajes y situaciones inverosímiles, repetición cansina de hallazgos semánticos. Los mejores momentos corresponden a los más truculentos ¿Por qué?
12 libros (1 al mes -fácil sacar la media-)
3.661 páginas
Novelas: 5
Biografías: 2
Ensayos: 5
Juan Martín el Empecinado, Benito Pérez Galdós (Espasa, edición a cargo de JA Vaca de Osma). Con este he aprendido mucho sobre los guerrilleros de la Guerra de la Independencia.
Antonio Fontán. Un héroe de la libertad, Agustín López Kindler (Rialp). Un personaje tan grande que acompleja un poco, o un mucho; pero que estimula en muchas facetas que, humildemente, mantengo en común con él. La bibliografía de un Maestro para quien esté aún abierto a aprender cosas bellas y grandes.
Dios te salve, Reina y Madre, Scott Hahn (Rialp). Una delicia, como todos sus libros; rigor y amenidad en perfecta simbiosis.
Los caminos de la literatura, Luis Alberto de Cuenca (Rialp). ¡Ah! ¿Por qué no me dedicaría yo a las Letras desde el principio? Envidia me da mi medio tocayo.
Réquiem por Nagasaki, Paul Glynn (¿?) La vida del Dr. Takashi Nagai. Sencillamente impresionante. Una lectura imprescindible sobre el holocausto nuclear de Nagasaki y las altas cotas de santidad -sí, santidad- que puede alcanzar una persona corriente.
El Círculo, Dave Eggers (Random House). Quizá la mejor lectura del año, si le quitamos unas estúpidas e inútiles escenitas. Distopía de verdad. Imagínense que Google lo controla todo, todo, todo, con el deseo buenista de hacernos felices y, por consiguiente, logrando hacernos desgraciado -y encima será culpa nuestra-.
Mi planta de Naranja-lima, José Mauro de Vasconcelos (El Ateneo). ¿Cómo he tardado tanto en leerlo? Pura poesía de arrabal. Belleza impactante. Bondad y miseria con la fuerza de la palabra insobornable.
Los escenarios de la Nueva Evangelización, VVAA (Rialp, edición de Álvaro Granados). Manual de cabecera para cualquiera que pretenda -como yo- cambiar el Mundo y organizarlo más conforme con la radical dignidad del Hombre, creado a imagen y semejanza de Dios.
Prim. El asesinato de la calle del Turco, Nacho Faerna (Espasa). Otra deliciosa lectura, otra lección de una época histórica que se me confunde en brumas decimonónicas. La Historia Madre y Maestra. Una crisis y un asesinato que, de aquellos polvos, trajeron estos lodos. Rabiosamente actual.
Vida cotidiana y santidad en la enseñanza de san Josemaría, tomo I, Ernst Burkhart y Javier López (Rialp). Una revolución silenciosa y profunda del mundo católico, explicada con profundidad de manual. La misión de los laicos en la Iglesia y la sociedad. Está pasando. Está fecundando la Tierra. No ha hecho más que comenzar.
La Guerra de los Cien Años, Philippe Contamine (Rialp). Cuando los Estados eran Coronas, las disputas podían llegar a durar cien años o más. Pero causaban muchos menos muertos que cuando las Coronas han pasado a ser Estados. ¡Cuidado!
Morir bajo tu cielo, Juan Manuel de Prada (Espasa). Podría haber llegado a ser un "novelón" fundacional de la Historia patria; pero se queda en una excusa -de un montón de página- para desarrollar unas cuantas tesis del autor y un ejercicio de estilo, no siempre logrado. Personajes y situaciones inverosímiles, repetición cansina de hallazgos semánticos. Los mejores momentos corresponden a los más truculentos ¿Por qué?
Comentarios