Con tanto abandono del blog se me ha pasado el cruce de la barrera de las cien mil (100.000) visitas únicas, meta volante que tenía en mente desde hace algunas semanas. La verdad es que, incomprensiblemente, esta pobre bitácora ha esprintado hacia la pancarta con medias diarias inimaginables.
Ya sé que no es para echar cohetes, después de seis años y pico; pero, ¿qué quieren que les diga?, cada uno celebra lo que puede, aunque se trate de no-cumpleaños. Están invitados:
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Gracias por la invitación.