Qué difícil es mantener un blog personal cuando se debe mantener una espesa urdimbre de webs, blogs, redes, comunicados y actividades por motivos profesionales. Nunca hay tiempo para el cierto reposo que permite escribir sobre lo que sucede y se aprende con solo vivir.
Aprender, y mucho, es lo que hice asistiendo a la conferencia del doctor Kovacs (Francisco Kovacs) hace unas semanas -el 19 de noviembre pasado-, en el salón de Actos de Caja Granada (hoy BMN). La ocasión estuvo magníficamente organizada por las "ampa" (sin h) de los colegios Monaita y Mulhacén, con la colaboración de sus respectivas asociaciones de antiguos alumnos.
Kovacs es un personaje de novela de aventuras; pero también es un gran especialista en estimulación temprana -esa a la que los de mi edad llegamos tarde-, además de gran sanador de dolencias de cuello y espalda -justo lo que yo necesito-.
Me llamaron la atención muchas de sus ideas: entendí por qué a los españoles nos cuesta tanto aprender otros idiomas (cuestión de registros sonoros); que no debemos proteger a los niños de los obstáculos, sino enseñarles a superarlos; que los intereses de los actores educativos son diversos, y debería prevalecer el del niño -cosa que no suele suceder-; que la audición, el equilibrio, el gusto son estimulables en el útero materno...
Estimulante también fue ver convertido el gran patio del "Cubo" de Caja Granada en una enorme área de estimulación temprana.
El vino vino días después. Cita anual casi obligada con José Antonio Muñoz, aprovechando la feria que monta el diario Ideal, esta vez -y fue mejor, más cómodo y calentito, aunque quizá con menos ambiente que bajo la carpa de la explanada- en el Palacio de Congresos. No nos hicimos ni una autofoto; pero el vino granadino está cada año mejor, y como José Antonio tiene tantos amigos en los mejores restaurantes y bodegas de la provincia... Por eso acudo andando a estas citas.
Con el vino se consuela uno de no haber aprendido a tocar el piano y ha hacer el pino por falta de estimulación pre y post natal.
Aprender, y mucho, es lo que hice asistiendo a la conferencia del doctor Kovacs (Francisco Kovacs) hace unas semanas -el 19 de noviembre pasado-, en el salón de Actos de Caja Granada (hoy BMN). La ocasión estuvo magníficamente organizada por las "ampa" (sin h) de los colegios Monaita y Mulhacén, con la colaboración de sus respectivas asociaciones de antiguos alumnos.
Kovacs es un personaje de novela de aventuras; pero también es un gran especialista en estimulación temprana -esa a la que los de mi edad llegamos tarde-, además de gran sanador de dolencias de cuello y espalda -justo lo que yo necesito-.
Me llamaron la atención muchas de sus ideas: entendí por qué a los españoles nos cuesta tanto aprender otros idiomas (cuestión de registros sonoros); que no debemos proteger a los niños de los obstáculos, sino enseñarles a superarlos; que los intereses de los actores educativos son diversos, y debería prevalecer el del niño -cosa que no suele suceder-; que la audición, el equilibrio, el gusto son estimulables en el útero materno...
Estimulante también fue ver convertido el gran patio del "Cubo" de Caja Granada en una enorme área de estimulación temprana.
El vino vino días después. Cita anual casi obligada con José Antonio Muñoz, aprovechando la feria que monta el diario Ideal, esta vez -y fue mejor, más cómodo y calentito, aunque quizá con menos ambiente que bajo la carpa de la explanada- en el Palacio de Congresos. No nos hicimos ni una autofoto; pero el vino granadino está cada año mejor, y como José Antonio tiene tantos amigos en los mejores restaurantes y bodegas de la provincia... Por eso acudo andando a estas citas.
Con el vino se consuela uno de no haber aprendido a tocar el piano y ha hacer el pino por falta de estimulación pre y post natal.
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