Es más que probable que ninguno de mis lectores sepa quién era Tere Fiter ; pero necesito escribir sobre ella porque es parte de una parte maravillosa de mi vida. Hace dos o tres días me llamó mi madre para comunicarme su fallecimiento en Seo de Urgel , la ciudad donde vivía desde hacía muchos años, último destino de su marido el juez Fiter de Losada, hombre de talante sereno y fino humor (cuando el catalanismo empezó a pudrirse en nacionalismo, decía que iba a pasar a llamarse Fiter Dallausada). Tere perdió a su marido hace ya muchos años (estuve en su funeral, acompañando a mis padres) y, lo que es peor, a su hijo Luis a causa de un cáncer. Conocí a la familia en San Salvador (El Vendrell, Tarragona), pues éramos vecinos verticales de terraza en el tercer piso -nosotros, segundo, ellos) del Edificio Socías antiguo, como luego lo fuimos -ya horizontales- en el nuevo -cabe el mar, en primera línea de playa- , hasta este verano pasado, cuando pude visitarla unos minutos en su apartam...
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