Estamos a punto de contemplar un nuevo bombardeo occidental sobre un país árabe. Ahora, el casus belli consiste en el supuestamente comprobado uso de armas químicas por parte del gobierno sirio, contra los rebeldes, en la cruenta guerra civil. Desconozco hasta qué punto el castigo por el uso de sustancias tóxicas, prohibidas desde la Gran Guerra, es o no una excusa que esconde otras motivaciones, como pasó en Irak. El caso es que la lucha entre Islam y Occidente, entre chiíes y suníes, la cuestión judía, la lucha contra el terrorismo o la exportación de la democracia esconde una víctima de la que pocos hablan y, tengo la impresión, a pocos importa: los cristianos de los países musulmanes . Lo hemos visto en Líbano, lo vemos en Irak y Egipto, lo vamos a ver en Siria. Las minorías cristianas se enfrentan a una alternativa cornuda: o sobrevivir bajo un régimen dictatorial, o morir bajo un régimen islamista "democrático". Es la tan fundamental como olvidada diferencia...
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