La educación es un mundo sembrado de obstáculos, la mayoría de ellos artificiales. Uno de ellos es el empleo torticero de las palabras. Una educación dirigida solo a niños o solo a niñas, mientras sea la misma educación, no discrimina ni segrega ni es sexista: solo cambia el modo de impartir esa misma educación, un modo adaptado a las diferencias que existen entre niños y niñas, y que aprovecha las ventajas de que estén separados en las aulas. Fernando Rodríguez-Borlado escribe en Aceprensa : Por eso, la cuestión central es si hay o no discriminación. En un primer sentido, discriminar significa “seleccionar excluyendo”, que es lo mismo que elegir. En este sentido, todos los colegios, diferenciados y mixtos, discriminan. El sentido negativo de la palabra está recogido en una segunda acepción: “Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc.” ( DRAE ). Es difícil explicar a quién trata con inferioridad un colegio que solo...
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