No, no voy a hablar del barco esclavista, sino de la verdadera amistad. Mejor dicho, no voy a hablar yo, sino que voy a dar la voz a Alessandro D'Avenia, concretamente, a su ponencia en el pasado Congreso Univ 2015, el 31 de marzo de 2015.
D'Avenia se ha hecho famoso gracias a su novela Blanca como la nieve, roja como la sangre; pero es mucho más que un novelista de éxito, nacido en Palermo en 1977 en una familia numerosa de seis hermanos, estudió Literatura clásica en la universidad de Roma, se graduó en literatura griega y se doctoró en Antropología en la Universidad de Siena; pero, ante todo, es profesor de italiano y latín en una escuela secundaria en Milán.
Tituló la conferencia Un libro y tres mandarinas: el libro es la Odisea (Háblame, Musa, de aquel varón de multiforme ingenio que, después de destruir la sacra ciudad de Troya, anduvo peregrinando larguísimo tiempo, vio las poblaciones y conoció las costumbres de muchos hombres y padeció en su ánimo gran número de trabajos en su navegación por el Ponto, en cuanto procuraba salvar su vida y la vuelta de sus compañeros a la patria.), y para saber lo de las mandarinas hay que leerla hasta el final.
Un buen resumen es la cita que hace de un verso de Salinas: «Posesión tú me dabas de mí, al dárteme tú». La amistad es darse y recibir.
D'Avenia se ha hecho famoso gracias a su novela Blanca como la nieve, roja como la sangre; pero es mucho más que un novelista de éxito, nacido en Palermo en 1977 en una familia numerosa de seis hermanos, estudió Literatura clásica en la universidad de Roma, se graduó en literatura griega y se doctoró en Antropología en la Universidad de Siena; pero, ante todo, es profesor de italiano y latín en una escuela secundaria en Milán.
Tituló la conferencia Un libro y tres mandarinas: el libro es la Odisea (Háblame, Musa, de aquel varón de multiforme ingenio que, después de destruir la sacra ciudad de Troya, anduvo peregrinando larguísimo tiempo, vio las poblaciones y conoció las costumbres de muchos hombres y padeció en su ánimo gran número de trabajos en su navegación por el Ponto, en cuanto procuraba salvar su vida y la vuelta de sus compañeros a la patria.), y para saber lo de las mandarinas hay que leerla hasta el final.
Un buen resumen es la cita que hace de un verso de Salinas: «Posesión tú me dabas de mí, al dárteme tú». La amistad es darse y recibir.
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