He intentado ignorarlo por que me enfada; pero como tengo ojos y orejas que aún funcionan, el asunto de la pitada al Himno de España al comienzo de la final de la Copa de Rey fútbol me ha invadido las entretelas. Lo que más me fastidia no es la pésima educación, el odio y el cachondeo de los que ayer pitaron el himno nacional, con premeditación, nocturnidad y alevosía; lo que más me subleva es la cobardía y la inactividad de los que lo soportan, siendo responsables por no poner medios para evitarlo.
Ya está bien de soportar que estemos tirando todo el día piedra sobre nuestro propio tejado. Somos los más entusiastas fanáticos de la "leyenda negra", todo el día echando pestes de nuestro propio país, abjurando de nuestro pasado, avergonzados de nuestra Historia, con miedo a hablar de España, a enarbolar su bandera, a cantar su himno, hasta el punto de ver cómo aquí mismo se desprecia a los símbolos comunes sin hacer nada. Este complejo de inferioridad y esa cobardía es la que nos ha llevado, por ejemplo, a tener un himno sin letra.
Por supuesto, de haber podido hubiera suspendido la final después de los pitidos al himno y la habría pospuesto a la víspera de la final de Champions y a puerta cerrada. Pienso que el rey (con minúscula, pues no merece una mayúscula quien aguanta eso, porque nos representa a todos) debería haberse marchado en ese mismo momento (y el ministro, y el militar ese de uniforme que andaba por ahí); que no debería haberse entregado la copa acabado el partido (que pongan un silbato en la vitrina); que debe multarse a los clubes por no hacer absolutamente nada para evitar el pitorreo (si es que no lo alentaron).
Hoy he aguantado hasta el final el rollo de la última etapa del Giro solo por poder oír el himno nacional con el respeto de todos los presentes. En Italia sí hay respeto por los símbolos que representan a todo un pueblo. He visto como Alberto Contador y Fabio Aru se quitaban respetuosamente la gorra para escuchar el Himno de España (por cierto, que el tercero, un español, un tal Landa, no se la quitó: o es un maleducado, o es un pita-himnos). Soy catalán, soy de Barcelona; pero el 6 de junio iré a favor de la Juventus de Turín, porque en Italia respetan el himno de mi país, que es lo mismo que respetar a todos los españoles.
Pues ya está. Ya me quedo descansado. Para los que respetamos nuestros símbolos patrios (como los ajenos), la letra de del Himno de España, mientras no se apruebe otra, es la que escribió José María Pemán (insigne escritor y poeta español) en 1928, y propongo cantarla siempre que suene la Marcha Real, sin ir contra nadie y sin vergüenza de ser españoles.
¡Viva España!
alzad la frente (los brazos)
hijos del pueblo español
que vuelve a resurgir.
Gloria a la Patria
que supo seguir
sobre el azul del mar
el caminar del sol.
Triunfa España
los yunques y las ruedas
canten al compás
un nuevo himno de fe. (el himno de la fe)
Juntos con ellos
cantemos de pié
la vida nueva y fuerte
de trabajo y paz.
Ya está bien de soportar que estemos tirando todo el día piedra sobre nuestro propio tejado. Somos los más entusiastas fanáticos de la "leyenda negra", todo el día echando pestes de nuestro propio país, abjurando de nuestro pasado, avergonzados de nuestra Historia, con miedo a hablar de España, a enarbolar su bandera, a cantar su himno, hasta el punto de ver cómo aquí mismo se desprecia a los símbolos comunes sin hacer nada. Este complejo de inferioridad y esa cobardía es la que nos ha llevado, por ejemplo, a tener un himno sin letra.
Por supuesto, de haber podido hubiera suspendido la final después de los pitidos al himno y la habría pospuesto a la víspera de la final de Champions y a puerta cerrada. Pienso que el rey (con minúscula, pues no merece una mayúscula quien aguanta eso, porque nos representa a todos) debería haberse marchado en ese mismo momento (y el ministro, y el militar ese de uniforme que andaba por ahí); que no debería haberse entregado la copa acabado el partido (que pongan un silbato en la vitrina); que debe multarse a los clubes por no hacer absolutamente nada para evitar el pitorreo (si es que no lo alentaron).
Hoy he aguantado hasta el final el rollo de la última etapa del Giro solo por poder oír el himno nacional con el respeto de todos los presentes. En Italia sí hay respeto por los símbolos que representan a todo un pueblo. He visto como Alberto Contador y Fabio Aru se quitaban respetuosamente la gorra para escuchar el Himno de España (por cierto, que el tercero, un español, un tal Landa, no se la quitó: o es un maleducado, o es un pita-himnos). Soy catalán, soy de Barcelona; pero el 6 de junio iré a favor de la Juventus de Turín, porque en Italia respetan el himno de mi país, que es lo mismo que respetar a todos los españoles.
Pues ya está. Ya me quedo descansado. Para los que respetamos nuestros símbolos patrios (como los ajenos), la letra de del Himno de España, mientras no se apruebe otra, es la que escribió José María Pemán (insigne escritor y poeta español) en 1928, y propongo cantarla siempre que suene la Marcha Real, sin ir contra nadie y sin vergüenza de ser españoles.
¡Viva España!
alzad la frente (los brazos)
hijos del pueblo español
que vuelve a resurgir.
Gloria a la Patria
que supo seguir
sobre el azul del mar
el caminar del sol.
Triunfa España
los yunques y las ruedas
canten al compás
un nuevo himno de fe. (el himno de la fe)
Juntos con ellos
cantemos de pié
la vida nueva y fuerte
de trabajo y paz.
Comentarios