Seguramente ya he utilizado esta anécdota antes; pero acabo de descubrir este vídeo de publicidad de Unilever, la multinacional que agrupa a marcas de consumo masivo como Dove, Lipton, Cif, Ponds, Knorr, Vaseline y Helmanns, en el que alienta a los futuros padres de familia a traer a sus hijos al mundo sin temor, y me la ha recordado.
Lo oí al pasar, un joven negro hablaba con una chica vestida al estilo alternativo. Preguntaba él: ¿Para qué traer hijos al mundo, con lo mal que está? Respondía ella: Precisamente para eso, para que lo arreglen.
¡Qué raro escuchar este argumento esperanzador, basado en que el "capital" humano es de un potencial inimaginable. Unilever no llega a tanto en su publicidad, parece más bien poner sus esperanzas en la propia capacidad de su empresa. ¿Pero qué es una empresa, sino un conjunto de personas emprendedoras? En cualquier caso, bien está cualquier cosa que incentive la más maravillosa aportación que puede hacer un ser humano a este mundo: otro ser humano.
Lo oí al pasar, un joven negro hablaba con una chica vestida al estilo alternativo. Preguntaba él: ¿Para qué traer hijos al mundo, con lo mal que está? Respondía ella: Precisamente para eso, para que lo arreglen.
¡Qué raro escuchar este argumento esperanzador, basado en que el "capital" humano es de un potencial inimaginable. Unilever no llega a tanto en su publicidad, parece más bien poner sus esperanzas en la propia capacidad de su empresa. ¿Pero qué es una empresa, sino un conjunto de personas emprendedoras? En cualquier caso, bien está cualquier cosa que incentive la más maravillosa aportación que puede hacer un ser humano a este mundo: otro ser humano.
Comentarios
Perdona el tostón. Es un tema apasionante. Saludos desde Tarraco.
Ahora el comentario está completo.
Gracias y saludos desde Gárnata.