Porque van ya ni se sabe las veces en que los veteranos e irredentos arapileños nos hemos refugiado al calor del mejor anfitrión que cabe imaginar,
Antonio Luis Godino, y su esposa, y sus compadres. Da igual que seamos muchos o pocos, siempre se disfruta, siempre hay qué contar.
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| Casa Becquer |
Esta vez solo pudimos coincidir tres,
Antonio Luis,
Enrique Fernando con su familia y yo: un alférez, un sargento y un cabo, donde el cabo es el que lleva el mando. No vale hacerse el gracioso y hablar de el bueno, el feo y el malo, que es un chiste demasiado fácil.
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| los gin-tónic los trasegó Quique |
Como sólo estuve el sábado 8,
Solemnidad de la Inmaculada, Patrona de la Infantería, eso cuento. Después de un vasito de Jumilla al calor del brasero en casa de AL, nos encontramos con Quique en
La Mazaroca, templo del flamenco y del buen comer, acompañado de fino
La Gitana, para pasar los langostinos y demás. Por el camino sumamos a
Rafael Frías el guardacoches, primera autoridad mundial en flamenco.
La segunda estación fue en la
Peña Cultural del Betis, adonde llegué con intención de animar a la parroquia para el partido de ahora contra el Barça. Allí nos regaló
Antonio manodepiedra un fandango de los buenos.
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| para que conste |
Tercera estación,
Casa Becquer, donde oficia
Manolo Martín, campeón mundial de cócteles 2011, con su
Magic Garden, que probamos con la reverencia de rigor, y sus majestuosos gin-tónics.
Pero como siempre, lo mejor ha sido la compañía, para lo que todo lo demás no sirve más de que acompañamiento. ¡Ah! y el detallazo de
Quique de traerse de las brumas del norte el elixir de los dioses astures, el impagable
licor de sidra con el que ya no necesitas nada más en esta vida.
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| aún no ha caído; pero caerá |
Lástima que tuve que volver esa misma noche; el ladino de
Godino casi me convence para que me quede, vueltos al hogar de su brasero, con unos polvorones de convento y un mebrillo exquisito que pusieron a prueba mi capacidad de resistir las tentaciones.
Gracias a
AL y a
Quique: fue un día maravilloso.
Pero como siempre, lo mejor ha sido la compañía, para lo que todo lo demás no sirve más de que acompañamiento. ¡Ah! y el detallazo de Quique de traerse de las brumas del norte el elixir de los dioses astures, el impagable licor de sidra con el que ya no necesitas nada más en esta vida.
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