En medio de tanta crisis y tanta desgracia, es bueno descubrir personas capaces de aportar humor a algo que se pone tan serio por lo general como la comunicación. José Alfonso Arregui es una de estas personas; trabaja en el departamento de comunicación del Santuario de Torreciudad -sí, ese que está ahí colgado, en el Somontano, abrazado por los pantanos del Cinca y respaldado por los imponentes Pirineos aragoneneses- y descubrió pronto, según me contó en octubre, cuando coincidimos en una convención de directores de comunicación, que la afición por lo misterioso dominaba las búsquedas de Google incluso para un edificio religioso aparentemente tan común...
Fiel a su encargo de comunicación, Arregui ha abordado con tanto humor como profesionalidad los "secretos" atribuidos a su santuario, con el blog Secretos de Torreciudad, en el que explica cuestiones tan peregrinas como el búnker, el misterioso azul y el submarino del pantano, quién vive en Torreciudad, el Cristo de oro, el túnel hasta Francia, si está san Josemaría Escrivá enterrado allí, los sótanos del santuario,
los extraños dibujos en la explanada...; y otros que llama "menores", y aún otros, más misteriosos todavía, que denomina "del corazón".
Lo malo de gente como Arregui es que desmitifica, y a mí me decepcionan las desmitificaciones, porque vuelve nuestro mundo más plano de lo que me gusta, más aburrido.
Lo anterior, claro, si es que hemos de creerle, porque ¿qué esconde Arregui al mostrar tanto?
Fiel a su encargo de comunicación, Arregui ha abordado con tanto humor como profesionalidad los "secretos" atribuidos a su santuario, con el blog Secretos de Torreciudad, en el que explica cuestiones tan peregrinas como el búnker, el misterioso azul y el submarino del pantano, quién vive en Torreciudad, el Cristo de oro, el túnel hasta Francia, si está san Josemaría Escrivá enterrado allí, los sótanos del santuario,
los extraños dibujos en la explanada...; y otros que llama "menores", y aún otros, más misteriosos todavía, que denomina "del corazón".
Lo malo de gente como Arregui es que desmitifica, y a mí me decepcionan las desmitificaciones, porque vuelve nuestro mundo más plano de lo que me gusta, más aburrido.
Lo anterior, claro, si es que hemos de creerle, porque ¿qué esconde Arregui al mostrar tanto?
Comentarios
José Alfonso Arregui
Es broma.